Nueva Delhi. Por M. K. Bhadrakumar (*), Indian Punchline
Una vez concluidos los juegos preliminares y el inicio de las conversaciones entre Estados Unidos e Irán en Mascate el sábado, se ha iniciado con toda seriedad un compromiso constructivo. La señal inequívoca de ello es que la moneda iraní subió casi un 6% el domingo. El bazar de Teherán, la veleta de la política chiíta, ha hablado.
Y lo que es más importante, los dos negociadores clave en Mascate, Steve Witkoff y Abbas Araqchi, han decidido volver a las conversaciones el 19 de abril, dentro de exactamente una semana, tras informar a sus mandantes en Washington y Teherán, respectivamente, y buscar nuevas directrices de cara al futuro.
La Casa Blanca dijo que las conversaciones fueron positivas y constructivas y apreció que “la comunicación directa fue un paso adelante para lograr un resultado mutuamente beneficioso”. Witkoff describió las conversaciones como “muy positivas y constructivas”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní dijo que las conversaciones se celebraron en “una atmósfera constructiva basada en el respeto mutuo”. Araqchi también describió las negociaciones como “prometedoras y constructivas”. Cabe destacar que Araqchi declaró a la televisión nacional iraní que las conversaciones acercaron a ambas partes a establecer “la base de las negociaciones” para futuros debates.
Añadió crípticamente que, aunque Omán seguirá actuando como mediador en la próxima ronda del 19 de abril, el lugar de la siguiente sesión podría cambiar.
Señalando a Witkoff y dirigiéndose a la audiencia nacional, Araqchi ofreció una perspectiva perspicaz. Dijo que las discusiones tenían como objetivo crear una agenda estructurada para las negociaciones basada en un calendario. Las siguientes observaciones de Araqchi deben tenerse muy en cuenta:
◙ “Acordamos celebrar una segunda ronda el próximo sábado, y en la próxima sesión profundizaremos en el marco general que puede adoptar un acuerdo para ver hasta dónde puede avanzar este proceso”.
◙ Es importante sentar una base para las conversaciones, “si podemos ultimar la base en la próxima reunión… podremos empezar verdaderas discusiones sobre esa base”.
◙ Las conversaciones se desarrollaron en una “atmósfera tranquila y muy respetuosa”. “No se utilizó ningún lenguaje inapropiado. Ambas partes demostraron su determinación de hacer avanzar las conversaciones hasta alcanzar un acuerdo deseable para ambas partes y basado en la igualdad de condiciones”.
◙ Ni Irán ni EEUU quieren “negociar por negociar” y no son partidarios de “conversaciones de desgaste” prolongadas. Ambas partes expresaron su deseo de alcanzar un acuerdo “en el menor tiempo posible”. Esto, sin embargo, no será fácil y requiere la plena determinación de las dos partes”.
◙ “A la salida, las dos delegaciones nos hemos encontrado y hemos hablado durante unos minutos. Se trata de una cuestión totalmente aceptable. Siempre hemos observado la cortesía diplomática al tratar con diplomáticos estadounidenses, y esta vez también se intercambió un saludo inicial, y luego abandonamos el lugar. No fue nada extraordinario”.
El doctor Mohammad Jafar Qaempanah, jefe de gabinete de confianza del presidente Masoud Pezeshkian que ocupa el cargo de vicepresidente para asuntos ejecutivos –y, por cierto, médico de profesión con trabajos de investigación y citas en el extranjero en su haber- que las negociaciones “se llevaron a cabo bien con dignidad, prudencia, conveniencia y en consonancia con los intereses del pueblo iraní”.
El presidente Donald Trump se reprimió en sus primeros comentarios a los medios desde el Air Force One: “Nada importa hasta que se consigue, así que no me gusta hablar de ello, pero va bien. La situación con Irán va bastante bien, creo”.
En otro momento, Trump añadió: “Quiero que Irán sea un país maravilloso, grande y feliz, pero no pueden tener un arma nuclear”. Pero esa es también la opción estratégica de Irán.
Dicho esto, tanto en Estados Unidos como en Irán, los partidarios de la línea dura están tensando la cuerda para tirar piedras. También están los terceros con agenda propia. El hecho de que los iraníes rechazaran el intento inicial de EEUU de contar con la mediación de EAU y, en su lugar, pasaran por alto a Qatar y optaran por Omán como su mediador preferido para las conversaciones, habla por sí solo de los complejos alineamientos regionales en el Golfo, así como de la necesidad de Teherán de mantener a los israelíes a kilómetros de distancia de meterse en líos.
El quid de la cuestión es que la ronda inicial de conversaciones en Mascate representa un punto de inflexión en la desafiante dinámica entre Teherán y Washington. Según los rumores de Teherán, las conversaciones se centraron en dos cuestiones polémicas entrelazadas –el alivio de las sanciones y la cuestión nuclear– como en las negociaciones anteriores.
Alcanzar un marco de diálogo mutuamente aceptable podría allanar el camino para reducir las tensiones y volver a la vía diplomática. Todo indica que hoy es posible. Lo que cambia las cosas es que ambas partes han mostrado su voluntad de reducir las tensiones y buscar un término medio. El giro positivo dado por Araqchi al ambiente de las conversaciones de Mascate indica que, a pesar de la persistente desconfianza mutua, ambas partes reconocen la necesidad de continuar las conversaciones y están decididas a evitar el estancamiento y explorar nuevas oportunidades.
Esto no significa que el camino que queda por recorrer no sea fácil y esté plagado de obstáculos. Deben resolverse cuestiones delicadas como el calendario del alivio de las sanciones, el alcance de los compromisos nucleares y los mecanismos de verificación. No obstante, lo esencial es que la vuelta a la diplomacia después de una espiral de tensiones tan elevada en los últimos meses brinda la oportunidad de reconstruir una confianza relativa y recalibrar las relaciones entre Estados Unidos e Irán, al menos en los planos técnico y sustantivo.
De hecho, Witkoff y Araqchi son los negociadores con el temperamento necesario para no sucumbir a la tentación de la exageración y la grandilocuencia y, en su lugar, proceder con precisión, paciencia y creatividad en un intento por capitalizar el buen comienzo.
Witkoff ya dio señales de estar abierto al compromiso cuando declaró al Wall Street Journal que “nuestra posición actual” empieza por exigir a Irán el desmantelamiento completo de su programa nuclear. “Eso no significa, por cierto, que al margen no vayamos a encontrar otras formas de llegar a un compromiso entre los dos países.
“Donde estará nuestra línea roja, no puede haber armamentismo de su capacidad nuclear [la de Irán]”, añadió Witkoff subrayando que cualquier acuerdo debe incluir amplias medidas de supervisión para garantizar que Irán no está desarrollando un arma atómica. Witkoff cuenta con la asistencia de expertos nucleares del Departamento de Estado estadounidense.
Irán ha negado sistemáticamente que pretenda adquirir armas nucleares. El viernes, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Esmaeil Baqaei, declaró en Teherán que Irán está “dando a la diplomacia una verdadera oportunidad de buena fe y plena vigilancia”. Estados Unidos debería apreciar esta decisión, tomada a pesar de su retórica hostil”.