Nicaragua defendió el derecho que tiene a vivir en justicia y paz y sin intromisiones extranjeras.
Denunció ante el Consejo de Derechos Humanos, a los Estados Unidos y las potencias europeas la política inmoral e indecente de medidas agresivas, arbitrarias, ilegales, coercitivas y unilaterales que violentan todos los Instrumentos del derecho internacional.
El documento expresa que Nicaragua ha enfrentado la codicia indecente de Estados Unidos y Europa que se ha valido de todos los vicios de su propia decadencia, para intentar desarticular y desmontar el honor nacional, y el espíritu del sandinismo.
Discurso de Nicaragua
14 de septiembre de 2021
Consejo de Derechos Humanos
Ginebra, Suiza
Saludamos en nombre de nuestro heroico, valiente y noble pueblo, en la víspera de la gran batalla de San Jacinto, que nos marcó para siempre con el deber de luchar contra cualquier forma de colonialismo, Imperialismo, intervencionismo, Injerencia e Intromisión en nuestros asuntos propios.
Este 14 de septiembre celebramos en nuestra Nicaragua, patria bendita, digna y siempre libre, el 165 Aniversario de esa heroica y sublime batalla, en la que nicaragüenses patriotas defendieron el honor y el decoro nacional, frente al filibusterismo expansionista del imperialismo yanqui, en una brillante epopeya que nos hace a todos y cada uno de los nicaragüenses, hijos de esa gesta, y ardientes defensores de nuestra patria aguerrida, valerosa, y siempre recorriendo caminos de soberanía nacional.
Nos presentamos nuevamente ante este Consejo con el orgullo de ser descendientes de Darío, Nicarao, Diriangén, Andrés Castro, Zeledón, Sandino, Carlos, en una Historia de lucha por soberanía e independencia, que llega al Año Bicentenario con la frente en alto y la conciencia de luchar, luchar, luchar, para vencer, vencer, vencer, con la razón y el corazón, con la verdad, la luz y la vida como estandartes triunfales.
Sabemos cuál és nuestro presente y cuál és nuestro horizonte.
Vamos siempre más allá, denunciando, combatiendo con amor, llenos de esperanza, en la Inspiración de un sol que nos ilumina, y que nunca declina, un sol que anuncia ya tantas nuevas victorias de la fé y la buena voluntad.
A continuación copiamos la posición de Nicaragua expresada en este mismo Consejo el 22 de junio de este año. Consideramos necesario repetir estas palabras que son de gloria y victorias, porque representan con hidalguía y sincera vocación de independencia, la fuerza infinita de un pueblo que vence, cotidianamente, todas las formas de irrespeto, agresión, y pretensiones de dominio de un pecaminoso modelo imperialista, colonialista y capitalista, que los pueblos libres de la tierra estamos ya cambiando.
Así decimos:
“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, representa en este Consejo al noble, valiente y trabajador pueblo nicaragüense, con la frente en alto y el orgullo de ser protagonistas de una historia de lucha por nuestra Soberanía Nacional, y nuestra Independencia, más aún en este Año Bicentenario.
Tenemos derecho a vivir tranquilos. Tenemos derecho al respeto. Tenemos derecho a la paz que con tanto empeño hemos venido construyendo entre siglos de agresión, intromisión, intervención, de los Estados Unidos de Norteamérica, y de las potencias europeas cómplices, que han pretendido mantener dominio imperialista y colonial sobre nuestra libre y soberana de Nicaragua bendita.
Nos presentamos ante este Consejo para ratificar el vigor, la gloria y la razón histórica del pueblo nicaragüense, que se ha alzado y alza con alma de victorias, frente a los agresores de siempre. Tenemos el honor de defender la patria, y defender los intereses y derechos de un pueblo que camina en valores y culturas propias, un Pueblo reconocido a través de los años, como inspiración y ejemplo de los pueblos en lucha.
En los últimos días hemos vivido y enfrentado valerosamente la misma posición intervencionista que hemos conocido y combatido, desde William Walker, filibustero norteamericano, supremacista y esclavista, autoproclamado presidente de Nicaragua. Y desde antes, y aún después, cuando entre guerras, intervenciones y ocupaciones militares de los Estados Unidos, asesinaron a nuestros generales patriotas, padres de nuestra dignidad nacional, Benjamín Zeledón y Augusto Sandino, o cuando los sucesivos y guerreristas mandatarios norteamericanos se han declarado “contras”, sin ningún pudor y en la más cruda desvergüenza…
Nicaragua ha enfrentado la codicia indecente de Estados Unidos y Europa que se ha valido de todos los vicios de su propia decadencia, para intentar desarticular y desmontar el honor nacional, y el espíritu del sandinismo. Y es que la inmoral y evidente avaricia imperial, colonial, norteamericana y europea, y neocolonial con sus pretendidos destinos manifiestos, siempre ha perseguido, y persigue, nuestra estratégica y privilegiada posición geográfica.
Los hemos enfrentado con valentía, hidalguía, sencillez, buen corazón y la valiosa experiencia de convivencia dialogante y pacífica, de una cultura de reconciliación y concordia, que a pesar de tantas perversiones guerreristas, se mantiene, y acrecienta, entre el pueblo y el Estado nicaragüenses.
Señora presidenta:
Hermanos delegados:
Nos presentamos a este Consejo para defender la justicia y la paz. El derecho de Nicaragua a vivir en justicia y paz. El derecho a vivir sin intromisiones extranjeras. El derecho a protagonizar nuestro destino de pueblo heroico, que no se somete a las imposiciones de las Potencias Imperiales.
Venimos a este Consejo a decir basta ya de reproducir en organismos que supuestamente deben servir para la defensa de los Derechos Humanos, el discurso imperial e intervencionista de quienes pretenden dictar nuestras leyes nuestras decisiones, nuestras maneras y modelos de vida, anulando nuestra soberanía, pretendiendo imponer Modos ajenos a nuestra cultura e Idiosincrasia, en ese arrogante, soberbio e improcedente afán de dominar un país y un pueblo, que sólo sufrimiento y dolor debe al imperialismo y los colonialismos, en todas sus formas.
Señora presidenta:
Hermanos delegados:
Venimos a este Consejo a denunciar a los Estados Unidos y las potencias europeas que son sus cómplices, y a denunciar su política inmoral e indecente de medidas agresivas, arbitrarias, ilegales, coercitivas y unilaterales que violentan todos los Instrumentos del Derecho Internacional.
Venimos a denunciar, y seguiremos denunciando, a la Europa Colonial, y a los Estados Unidos, “invasor de la América Nuestra”… como les llamó el Inmortal y Universal nicaragüense Rubén Darío… y así los denunciamos aquí hoy, como invasores, conquistadores y asaltantes del derecho, de los patrimonios y de la soberanía de los pueblos.
Venimos a este Consejo a exigir justicia para Nicaragua. Justicia para las familias nicaragüenses. Justicia para un pueblo de fé, de valores, de Ideales que no se entregan, de comunidades que, como decía nuestro General Sandino, ni se Venden, ni se rinden, jamás.
En Nicaragua, bendita, soberana y siempre libre, hay leyes. Y esas leyes se respetan. Son Leyes similares o iguales a la de cualquier país del mundo. Pero ellos, los imperialistas las tienen y aplican, mientras no nos reconocen, a nosotros, el derecho a aplicar nuestras leyes similares, de defensa de la lealtad a la patria.
Nos denuncian, porque las personas que están respondiendo ante la Justicia nicaragüense, son sus tristes y fracasados asalariados, desgraciadamente vendepatrias de siempre, que han cometido delitos contra la soberanía, la independencia, la seguridad y la paz en nuestra Nicaragua.
Cualquier otra cosa que se diga en este Consejo, es parte de la misma estrategia de difamación, de comunicación denigrante, y de pretensiones de humillar, sojuzgando a un país y a un pueblo que nada deben, y nada temen.
Venimos a denunciar, repetimos, a los imperialistas norteamericanos y europeos y sus políticas y acciones injerencistas, violatorias del Derecho Internacional, y de la Carta de Naciones Unidas.
Sepan, hermanos y hermanas del mundo, que en Nicaragua hay un pueblo laborioso, digno, amoroso, solidario, fraternal, e identificado con las mejores causas, las causas de la justicia, la vida verdadera, y la libertad y los derechos al trabajo, la seguridad y la paz, a la salud, a la educación, a la prosperidad… Esos son los propósitos, y esas son las realizaciones de nuestra Nicaragua.
Avanzamos a pesar de los imperialistas de la tierra, en todas sus criminales complicidades, porque somos dignos y esforzados, y porque no somos colonia de nadie! Y vamos con alegría hacia el cumplimiento de los objetivos trazados por Naciones Unidas, para la vida buena, justa, armoniosa, sostenible, y con derecho al desarrollo para todos.