Centenares de familias del barrio El Muelle, ubicado en la zona costera de la ciudad de Bilwi en el Caribe Norte, quedaron a la buena de Dios y del apoyo que les brinda el Gobierno Sandinista, en medio de la desgracia que viven luego del paso de los huracanes Eta y Iota.
En solo dos semanas, estas familias que las integran 8,869 personas, entre ellas, 1,323 menores, lo perdieron todo. Sus casas fueron arrasadas por los ciclones que impactaron Bilwi con vientos que superaron los 260 kilómetros por hora.
“El espíritu nunca se pierde. El espíritu de El Muelle siempre está ahí porque se trabaja y empezamos desde cero y estamos positivos porque estamos conscientes que todos podemos salir adelante porque todos somos trabajadores, aquí nadie nos ha regalado nada, todo es esfuerzo de todos y así que los vamos a volver hacer. Nos venimos a recrear y trabajar de vuelta”, sostuvo Marlon durante una pausa del improvisado partido de fútbol que jugaba con sus amigos.
Un reportaje hecho por Unicef, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, refleja lo ocurrido en ese barrio en el Caribe Norte y la forma en que las familias se encuentran actualmente.
Pero aún en medio de la nada hay mucha esperanza entre los habitantes de ese barrio y hasta se dan un tiempo para recrearse jugando al fútbol, para tratar de olvidarse del drama que viven.
Marlon Béliz, un muchacho de aproximadamente 20 años, relató lo ocurrido con el paso de los huracanes Eta y Iota, y el optimismo que existe de poder seguir adelante.
“Hemos sufrido dos huracanes en dos semanas, eso es algo increíblemente realmente, algunos lo estamos asimilando todavía, pero hoy nos levantamos hacer lo que siempre nos gusta, jugar fútbol en el barrio y así nos desestresamos siempre y cuando termine esto vamos a trabajar”, dijo el costeño.
00:0002:09