Managua. Consejo de Comunicación y Ciudadanía
Las autoridades y la población de Ocotal y Mozonte conmemoraron este pasado lunes el 117 aniversario del natalicio del General Miguel Ángel Ortez, honrando su legado en el lugar donde se erige su monumento.
Durante el acto, se colocaron ofrendas florales como muestra de respeto y gratitud hacia este héroe nacional que forma parte de la historia y la identidad del pueblo nicaragüense.
Miguel Ángel Ortez y Guillén, nació en Ocotal, Nueva Segovia, el 4 de noviembre del año 1907. Sus padres fueron José Salvador Ortez y Cleotilde Guillén, procedente de una familia acomodada. Tuvo las posibilidades de continuar sus estudios en 1927, pero decidió dejarlos para unirse a la guerra de liberación de Nicaragua, motivado a defender la Soberanía Nacional ante la agresión imperialista.
Su destreza militar combinada con su juventud, junto a dos grandes veteranos de guerra, como era el General Pedro Altamirano y Carlos Salgado, estuvieron al frente de la guerra contra el yanqui invasor, durante los meses que el General Augusto C. Sandino pasó en México, entre 1929 y 1930.
A finales de 1930 e inicios de 1931, realizó una importante emboscada a las tropas combinadas de la marina norteamericana y a la Guardia Nacional en la localidad de Achuapa, de la que él mismo le informó al General Sandino: “Les avanzamos a los piratas yankees, cinco máquinas, tres browning automáticos, trece rifles levi’s, cuatro pistolas 45 mm; dos morteros de lanzar bombas con 100 bombas; 60 bombas de mano y demás objetos útiles para nuestro ejército”.
Ortez en su manifiesto de 1931, afirmó haberse unido a las “… filas autonomistas, que son las que debe buscar todo nicaragüense que ame a su Patria y todo Centroamericano que tenga conciencia de sí mismo y de su papel histórico”.
El último combate que protagonizó con sus tropas a mando, fue el heroico combate de Palacagüina, donde cayó combatiendo. El General Sandino lo recordó con estas palabras: “Murió el 15 de mayo de 1931 en la batalla de Palacagüina, por una bomba de avión. Su muerte fue muy sentida en el ejército y su memoria es reverenciada por todos los soldados que le conocieron».
El General Sandino le tenía aprecio y cariño, como se puede apreciar en otro fragmento: “Era un joven muy inteligente, que además tenía el don de presentir las cosas o del sexto sentido como suelen llamarlo. Poseía muy buena instrucción, intuición militar y muchísimo valor. Fue uno de los más importantes Generales que tuve y también uno de aquellos a quien más afecto tuve”.