Managua. Por Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua.
Impresionante despliegue de la grandeza espiritual que nos hace combativos y victoriosos siempre. Grandeza del pueblo nicaragüense, del Ejército de Nicaragua, que, como sabemos, continúa las batallas gloriosas por la Dignidad Nacional, de nuestros Héroes, de nuestros Próceres, de nuestro Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, y de toda la guerrilla heroica, donde tantos compañeros dieron su vida, para que fuéramos como somos hoy: libres, y además, en caminos de lucha contra la pobreza, venciendo la pobreza, adelante, juntos siempre, construyendo el día de hoy, y el porvenir, el mañana.
Queremos nuevamente felicitar a todos los compañeros de nuestro Ejército; felicitar a todas las compañeras mujeres que se han venido incorporando, en medio de las múltiples tareas que nos toca asumir a las mujeres, como jóvenes, como madres, como abuelas. Y por eso, la presencia de las mujeres en el Ejército es una presencia que valoramos, que nuestro pueblo valora grandemente, porque sabemos lo que cuesta dividir la energía, sin abandonar ninguna de las tareas: la tarea de la familia, de los hijos, del hogar, y la tarea de la defensa soberana de la Patria.
Así que, compañeros, hoy es un día de alegría, todo este mes de septiembre celebramos a nuestra patria bendita y siempre libre, y vamos a ir, de día en día, de fiesta en fiesta, de conmemoración heroica en conmemoración heroica y siempre preservando, y relevando y alzando los valores de nuestra identidad nacional. Porque somos un pueblo de dignidad, de espíritu de lucha, y de victorias.
Un gran abrazo a todas las familias de nuestro Ejército, como decíamos ayer, y a las familias nicaragüenses, porque todos somos responsables de la defensa de la paz. hoy custodiamos la paz que tanto nos cuesta, y, desde la paz, trabajamos para avanzar en todos los derechos, en el cumplimiento de todos los derechos de las familias nicaragüenses, y sobre todo, del derecho a vivir con bienestar.
Y Dios nos bendice, porque Dios bendice todas las victorias del bien común, de la hermandad, de la fe, de la confianza en él, y del conocimiento supremo. Porque es conocimiento supremo, es sabiduría, disponernos siempre a escuchar la voz de Dios, acatar la voz de Dios, a reconocer las señales y los signos que Dios nos manda, para continuar las batallas sublimes de la humanidad, y por la humanidad.
Otra vez también, nuestro agradecimiento a todos los hermanos que nos han acompañado, de tantos países y tantos pueblos. Y además de agradecer, decir: en estas batallas, en estas luchas para construir el mundo de bien, el mundo mejor, el mundo que merecemos, estamos juntos, y vamos adelante, con amor, con esperanza y con fuerza victoriosa.
(*) Declaraciones después del desfile militar del Ejército de Nicaragua, el 3 de septiembre de 2024.
