Managua/Murcia. Radio La Primerísima y diarios españoles
Martha Alejandra Hernández Zamora era una chinandegana que emigró a España hace muchos años. Ella, dos de sus hijos, su nuera y uno de sus sobrinos, son algunos de los nicaragüenses que murieron la madrugada del domingo en el incendio de una discoteca de Murcia, al sureste de España.
Las víctimas mortales son Martha Alejandra Hernández Zamora, de 62 años; sus dos hijos, Sergio Enrique Silva Hernández, de 39 años, y Erick Salomón Torres Hernández, de 30 años, junto a su esposa Ofilia del Carmen Blandón, de 27 años.
También fallecieron Tania Martínez, de 49 años, con 17 años de residir en España, nacida en Chinandega, y su esposo de origen ecuatoriano. Según la prensa española, Eric Hernández trabajaba como repartidor de Coca-Cola y estaba festejando sus 30 años.
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“Martha tenía 15 años de radicar en Murcia España y venía de vez en cuando a su casa aquí en Montserrat”, un barrio de la ciudad de Chinandega, dijo la familiar.
Ella era hija de Carlos Hernández, un militante del Frente Sandinista, líder comunitario de los CDS en los años 80 y 90. Carlos es padre de dos héroes: uno caído en 1978 y una hija que murió en la Cruzada Nacional de Alfabetización en 1980. “Carlos vive aquí en Montserrat”, dijo la fuente.
Orfilia, la esposa de Éric y que presuntamente estaba embarazada, era de Mina El Limón, municipio de Larreynaga-Malpaisillo. Su madre, Milagros Blandón, viajará a Murcia en las próximas horas para saber qué pasó con su hija. Si efectivamente falleció, que le entreguen sus restos o si está desaparecida.
Tania Angélica Salazar Martínez, de 49 años, es hija de María de los Ángeles Martínez Soriano, que vive en el barrio El Rosario de la ciudad de Chinandega. Tania tiene una hija de 17 años, que vive con sus abuelos. En esta foto, aparecen Tania a la izquierda; Éric al centro y el esposo de ella a la derecha.
Entre los fallecidos, también está un matrimonio de amigos, Tania y John, y un allegado: Rafael, según dijo Alan Antonio Montilla García, primero de las víctimas. “No sabemos nada de ellos” desde que se declaró el incendio, aseguró.
Una de los familiares es Miriam Montealegre, tía del joven Éric Torres. Tampoco ha vuelto a tener contacto esta mujer, nacida en Nicaragua y afincada en España desde hace más de una década, con el hermano de Éric, Sergio Silva, con el que compartía piso, ni con la madre de ambos, Marta Hernández.
Montealegre ha explicado que no han recibido confirmación oficial de una muerte que ya da por segura cuando habla en pasado de sus tres familiares. Ella, apunta, no fue a la fiesta de casualidad y trata también ahora de dar con otros familiares, residentes en Zaragoza, que puedan aportar nueva información.
A las puertas de la Jefatura provincial espera también Cristopher Miranda: su hermano Rafael, de 37 años, era amigo íntimo de Eric y acudió a la fiesta acompañado de su novia, Seibi. Ella logró abandonar La Fonda cuando se desató el incendio y no volvió a tener noticias de su pareja, nacido en Ecuador y con más de dos décadas en Murcia. Rafael, ha explicado, trabajaba en una fábrica de alcantarillados y compartían amistad con Éric desde hacía años.
La peor parte se la llevaron la Fonda Milagros, donde al parecer se encontraban los 13 fallecidos, y Teatre. Curiosamente, ambos establecimientos estaban unidos hace tiempo, pero se dividieron en dos y ahora los venían explotando por separado. En Golden, el tercer local afectado, no se han producido daños considerables.
Las tías se salvaron
«Todo había ido chévere… Nos reímos y cuando acabamos nos fuimos a tomar una copa al local. Teníamos dos reservados de los quince que había en la primera planta, bastante pequeños. No fuimos todos los invitados a la cena, algunos prefirieron volver a su casa», explica Walter Hernández al diario ABC. Este testigo era primo de Éric y comenta que todo iba bien, estaban felices tras haber cenado en un restaurante cerca de 30 personas, la mayoría nicaragüenses, pero también ecuatorianos y bolivianos.
Algunos tras cenar en el restaurante se animaron y también fueron al reservado en la discoteca La Fonda. Concretamente estuvieron en la segunda planta: el cumpleañero, sus tíos, primos, sobrinos… Casi toda la familia al completo, aunque hay algunas tías de Éric que no se sintieron a gusto al ver el local: «Ese lugar no me gustaba, es muy estrecho», dijo Inés en declaraciones a Telecinco. Como Inés no se sentía cómoda decidió acortar la fiesta e irse a su domicilio, pero gran parte de sus familiares se quedaron allí.
Iba transcurriendo la noche cuando de repente los presentes en el local vieron cómo salía humo y fuego de allí: «Alguien gritó ‘¡fuego!’ y todo el mundo salió corriendo», relata el joven nicaragüense que se encontraba en el interior a Diario Sur. Walter bajó un momento del reservado para ir a por más bebidas alcohólicas sin saber lo que se desataría más tarde: «Primero empezó a salir un denso humo negro que olía como a caucho quemado; segundos después vimos una primera llama y luego se desató el pánico. Todo empezó a arder», cuenta Walter.
Una de las sobrinas de Inés y la prima de Éric contó que vio cómo el humo salía de los edificios cuando ella abandonó el lugar, pero no le dio tiempo a avisar a los demás. En total, han desaparecido ocho familiares de Éric, según ha explicado Walter Hernández al diario La Verdad.
