Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ubica este lunes a Nicaragua entre los países de Latinoamérica con menos problemas para acceder al servicio de agua potable, al tiempo que proyecta un escenario satisfactorio para los próximos 20 años en esta materia.
Según el BID la cantidad de nicaragüenses que viven con estrés hídrico es baja y en un mínimo porcentaje bajo medio, mientras que otros países como Costa Rica y El Salvador ocupan los primeros lugares en presentar déficit de agua.
Mientras que para el 2040 se espera un ligero aumento en la cantidad de personas que tengan problemas para el acceso al agua, sin embargo las proyecciones se mantienen en bajo medio y bajo.
“Como resultado de todas estas prácticas, a pesar de la abundancia general de agua, la región se enfrenta a grandes amenazas para la disponibilidad de dicho recurso. Considerando la línea de base de las estimaciones de estrés hídrico del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) (Hofste et al., 2019) —el ratio de extracciones domésticas, industriales y agrícolas en relación con el total de recursos disponibles—, actualmente cerca del 15% del territorio de América Latina y el Caribe y el 35% de su población están situados en zonas de niveles de estrés hídrico moderado a extremo”, aclaró el BID.
Las escalas utilizadas por el Organismos Multilateral para medir la proporción de e la población que vive en cuencas con estrés hídrico es sumamente alto, alto, medio alto, medio bajo, bajo árido y bajo uso, lo que demuestra que Nicaragua cuenta con una buena distribución del vital líquido en términos poblacionales.
En su informe el BID propone que los gobiernos creen o adopten nuevos paradigmas que les permita administrar de forma eficiente el vital líquido, ya que la mayoría de los países tendrán un escenario complicado en el 2040.
Nicaragua además se destaca en el informe como una de las pocas naciones en que la proporción de la población con problemas de agua en los próximos años continuará siendo baja o medio baja.
El informe del BID ratifica el compromiso del Gobierno Sandinista en restituir el derecho al servicio de agua potable y el cuido de las cuencas hídricas en Nicaragua, ya que las inversiones en este sector son millonarias.
