Estelí. Por Stephen Sefton
En noviembre 2010, cuando ahora presidente Vladimir Putin fue Primer Ministro de la Federación Rusa, él propuso “la creación de una comunidad económica en armonía que extiende desde Lisbon hasta Vladivostok.” La Unión Europea nunca lo aceptó. Tres años más tarde Estados Unidos armó el golpe de estado en Ucrania, con la complicidad de la Unión Europea y sus países miembros. En ese contexto especialmente, fue histórico el discurso del presidente Vladimir Putin del pasado 30 de septiembre para recibir a otras cuatro regiones como parte de la Federación Rusa.
En efecto reconoció el abandono de Rusia de la política de querer mantener las relaciones con Europa y con el Occidente en general. Se trata de un cambio revolucionario en las relaciones internacionales que afecta a todo el mundo. El discurso del 30 de septiembre surge de las experiencias de un dirigente y su equipo de gobierno durante diez años de constantes esfuerzos por la Paz, por un mundo más justo y equitativo, por relaciones de respeto basados en el derecho internacional. Las palabras del presidente Putin expresan la exasperación de una década perdida en un intento tras otro de mantener relaciones de respeto y entendimiento con Estados Unidos y la Unión Europea.
Fue una década de paciencia constantemente frustrada, de buena voluntad constantemente despreciada e insultada, de acuerdos firmados de buena fe, los Acuerdos de Minsk entre muchos otros, constantemente socavados y traicionados. Presidente Putin comenta, “Vamos a defender nuestra tierra con todas las fuerzas y recursos que tenemos, y vamos a hacer todo para garantizar la vida segura de nuestra gente. En esto consiste la gran misión de liberación de nuestro pueblo.” Se trata de liberar los pueblos de la Federación Rusa de la siniestra guerra híbrida en su contra y las explícitas amenazas de parte de dirigentes occidentales de querer destruirla, incluso con armas nucleares.
Al invocar el derecho de la autodefensa, presidente Putin explica claramente de por qué Occidente está atacando a Rusia: “…es la codicia, la determinación de mantener su poder no limitado en ningún sentido, en las que consisten las razones verdaderas de la guerra híbrida que lucha Occidente colectivo contra Rusia. No nos desean la libertad, sino que quieren ver cómo nos hacemos una colonia. No quieren cooperación igual, pero sí un saqueo. Quieren que seamos no una sociedad libre, sino una multitud de esclavos sin almas.”
El presidente Putin discute en sus palabras el tema de la impunidad en relación a los varios crímenes de lesa humanidad cometidos por las potencias europeas y los Estados Unidos. Reconoce que aquellos países acumularon su riqueza por medio de siglos de conquista, genocidio y esclavitud y luego mantuvieron las tremendas ventajas acumuladas por medio de un sistema de amedrentamiento y pillaje neocolonial. Pero el presidente Putin lleva su argumento más allá de una mera condena de la criminalidad occidental, cuando invoca la causa de la autodefensa de Rusia como también y necesariamente una defensa de la humanidad y no solamente en el sentido material sino en un sentido profundamente espiritual también.
Para muchos, esta es la parte central de su mensaje: “Me gustaría insistir en que la dictadura de las élites occidentales está dirigida contra todas las sociedades, incluidas las propias. Es un reto a todos, esta negación absoluta del hombre, el pisoteo de la religión y de los valores tradicionales, la supresión de la libertad está adquiriendo rasgos “de una religión al revés”, de un evidente satanismo. Ya lo dijo Jesucristo en el Sermón de la Montaña: “Por sus frutos los conoceréis”. Se refería a los pseudo-profetas.”
Para Nicaragua, blanco del imperialismo occidental durante siglos, este discurso del presidente Vladimir Putin tiene especial relevancia e importancia porque reivindica categóricamente las mismas experiencias a nivel de América Latina y el Caribe de Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Quizás vale la pena bosquejar las características del “evidente satanismo” del Occidente señalado por el presidente Putin. Los dos antivalores predominantes entre los gobiernos norteamericanos y europeos son la hipocresía y el sadismo de las cuales fluyen:
Precisamente estos antivalores han caracterizado las políticas Occidentales hacia los países del ALBA-TCP, llegando a su colmo en el caso de Nicaragua con el diabólico fallido golpe de estado de 2018. Pero se trata también de interminables otros crímenes en muchos países del mundo. Solamente es necesario recordar los innumerables atentados terroristas contra el hermano pueblo cubano y el permanente sabotaje su economía o el constante hostigamiento contra el gobierno de Evo Morales que terminó en el golpe de 2019.
En el caso de la hermana República Bolivariana de Venezuela se trata de los interminables sabotajes terroristas de la infraestructura energética y petrolera en el contexto de la sádica ofensiva económica y financiera de más de una década. La hermana República Islámica de Irán ha sufrido, además de las ilegales medidas coercitivas unilaterales, repetidas ataques terroristas, incluso el asesinato de sus más destacados científicos nucleares, crímenes admitidos abiertamente por Israel con la más completa impunidad, y el notorio asesinato del general Qassem Soleimani en enero 2020 por Estados Unidos.
Por medio de su sistema financiera, las autoridades occidentales han robado miles de millones de dólares de los recursos de Libia, de Irán, de Venezuela e incluso ahora más de US$300 mil millones de la Federación Rusa. Estados Unidos ocupa parte de la República Árabe Siria y ha robado con total impunidad de la zona ocupada millones de barriles de petróleo y miles de toneladas de trigo. En lo que muchos escritores consideran el ataque terrorista más importante desde el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos y sus aliados destruyeron los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el Mar Báltico.
Estos gasoductos se habían construido con un costo de alrededor de US$30 mil millones. Llevaban las enormes cantidades de gas ruso barato necesario para sostener la economía europea, y especialmente la economía manufacturera de Alemania. Ahora Europa va a depender del gas licuado extremadamente caro de los Estados Unidos que ni cerca va a satisfacer la enorme demanda de energía en los países europeos. En estos días también se hizo un ataque terrorista contra el puente que conecta lo demás de Rusia con Crimea. Toda esta criminalidad refleja los malévolas antivalores tan tenazmente arraigados en la cultura occidental.
Contra los siniestros antivalores del Occidente y sus secuaces regionales y locales, en el mundo mayoritario se promueven los genuinos valores enfocados en la persona humana, en sus aspiraciones y necesidades, las cuales implican:
Precisamente estos son los valores morales y culturales los cuales Nicaragua bajo el liderazgo del Presidente Comandante Daniel y de la Vice Presidenta Compañera Rosario ha desarrollado con su visión estratégica revolucionaria basada en los principios del Cristianismo, del Socialismo y de la Solidaridad. Ahora, el discurso del presidente Putin ha ratificado de la manera más categórica las convicciones y valores expresadas permanentemente tanto por nuestro comandante Daniel, como por el presidente Nicolás Maduro, por el hermano boliviano Evo Morales y el presidente Luis Arce, por el presidente de Cuba, el compañero Miguel Díaz Canel, y también por destacados líderes caribeñas como el hermano Ralph Gonsalves.
En Nicaragua, reconocemos perfectamente la naturaleza satánica del Occidente porque lo vivimos en carne propia en 2018. Ahora seguimos siendo testigos de la infinita hipocresía y sadismo de los gobiernos norteamericanos y europeos frustrados que no lograron su objetivo de destruir a Nicaragua. Sentimos que las verdades enunciadas por el presidente Putin en su discurso del 30 de septiembre son innegables porque nuestra propia experiencia demuestra que él tiene la razón.
Ahora que están desarrollando a nuevos niveles las relaciones con la Federación Rusa, con la República Popular China, con la República Islámica de Irán además de mantener muy buenas relaciones con muchos otros países de Asia y África, Nicaragua forma parte de una tendencia histórica imparable. El mundo mayoritario ya no tiene por qué callarse sobre la naturaleza monstruosa, terrorista y parasitaria del Occidente. Ciertamente, Cuba, Nicaragua y Venezuela no se callan.
Como nuestra Vice Presidenta Rosario ha comentado repetidamente, “Con Odio, Nunca Más ! Que lo aprenden, que lo sepan, que lo interioricen. Con odio no se construye, porque el odio destruye. Con Amor, se camina, se crea Futuro, se crea Bienestar, se crea Alegría… El Amor que todo puede, el Amor que todo Vence !” La enorme mayoría de la población en Nicaragua creemos en esta verdad. Y este 5 de noviembre habrá otra masiva confirmación de la fe de nuestro pueblo en su revolución para el Bien Común de una sociedad Cristiana, Socialista y Solidaria.