Managua. Por Mohamed Lasthar, Consejo de Comunicación y Ciudadanía.
Se cuenta la historia de un rey que deseaba construir una casa de cristal en la cima de una gran colina. Cuando los trabajadores iniciaron la construcción, encontraron grandes cantidades de ladrillos y piedras.
Ante esto, el rey ordenó a sus sirvientes arrojar esos ladrillos desde lo alto de la colina, sin tener en cuenta que en la base existía un pequeño pueblo habitado por personas que comenzaron a quejarse de las piedras que caían sobre ellos. A pesar de las continuas quejas y protestas, sus reclamos no fueron atendidos y el rey continuó con su proyecto de construcción de la casa de cristal.
Con el tiempo, durante la temporada de migración de aves, algunas de ellas recogían ladrillos y piedras para construir sus nidos. Sin embargo, en el proceso algunas piedras caían accidentalmente sobre la casa de cristal que yacía imponente en la colina. Poco a poco, estas piedras dañaron la estructura, hasta que la casa quedó completamente destruida. De esta historia surge el proverbio: “Quien vive en una casa de cristal no debe lanzar piedras a los demás”.
Ante la firmeza y resistencia del pueblo palestino, Israel busca expandir el alcance de su terrorismo, abarcando a los países de la región y generando una situación global que afecte negativamente, de manera directa o indirecta, a todas las naciones del mundo. Esto amenaza gravemente la seguridad y la paz internacionales, utilizando tanto la guerra y el terrorismo como herramientas, como la difusión de declaraciones falsas y malintencionadas con el objetivo de encubrir sus crímenes.
Frente a la incapacidad israelí de erradicar la resistencia del pueblo palestino, que lucha por vivir en paz y seguridad en su Patria, Israel recurre a la mentira y al terrorismo –elementos que se han vuelto parte de su naturaleza para desviar la atención mundial de sus crímenes– continúa fabricando falsedades y manipulando la realidad en un esfuerzo por dirigir la mirada global hacia hechos creados únicamente por su propia imaginación.
Como la declaraciones diabólicas de la embajador y cónsul de Israel en Costa Rica. Israel intenta ocultar sus crímenes brutales y actos terroristas emitiendo declaraciones dispersas cargadas de malicia que forma parte de su naturaleza y de su vida y sin las cuales no puede vivir, son declaraciones con el fin de condenar a los pueblos libres por su apoyo al pueblo palestino y la paz mundial.
Sin embargo, por muchas acusaciones que se hagan, Nicaragua no ha abandonado ni abandonará su respaldo a la lucha de los pueblos del mundo por la libertad y la emancipación de la opresión y la esclavitud, lo cual no es un secreto, especialmente en lo que respecta al pueblo palestino. La marcha de la justicia continúa, a pesar de las voces que intentan silenciarla. La libertad y la unidad de Nicaragua no serán divididas, y nuestra Nicaragua bendita y siempre libre seguirá siendo un baluarte en defensa de los pueblos oprimidos, aquellos que viven bajo ocupación y colonialismo.
La firmeza y resistencia del pueblo palestino han desquiciado a sus opresores, lo cual se refleja en declaraciones vacías y falsas que intentan encubrir sus crímenes de lesa humanidad, y son cometidos diariamente contra el pueblo palestino.
Nicaragua permanecerá como una fortaleza para los pueblos libres del mundo y para la paz global. Nuestra moral, principios y creencias nos obligan a defender la paz y la estabilidad, a respetar la soberanía de las naciones y a no interferir en los asuntos internos de otros estados. Por mucho que se intente desacreditar y desestabilizar a Nicaragua a través de juegos maliciosos y diabólicos, estas acciones solo deshonran a quienes las emprenden cuyos fundamentos se basan en la falsedad. Al final, por más que tarde que ocurra, la verdad prevalecerá.
La fragilidad de la casa de cristal construida por el estado sionista Israel sobre el suelo de los Héroes y Mártires del pueblo palestino, niños, mujeres y ancianos, llegará el día –por largo o corto que sea el tiempo– que será demolida y destruida con las piedras llevadas por las almas de los mártires sobre sus cabezas, porque lo que construyeron es falso.
No pudieron, no pueden y no podrán