La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos anunció que el fenómeno climático responsable de crudos inviernos y grandes sequías en todo el mundo ha llegado nuevamente y hará sentir sus efectos por varios meses.
Las condiciones de La Niña se han desarrollado y se espera que continúen con un 87% de probabilidad entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, indicó la agencia.
Los expertos comenzaron a notar que el evento climático se aproximaba en el último mes, cuando detectaron varios factores que apuntaban a su desarrollo entre ellos:
En Centroamérica, el Comité Regional de Recursos Hidráulicos había pronosticado desde el verano que La Niña podría traer a la región condiciones más lluviosas que lo normal, principalmente en la frontera de México con Guatemala, el sur de El Salvador; la parte central de Honduras y en el Pacífico de Costa Rica y Panamá.
Generalmente, La Niña se manifiesta en dos formas totalmente diferentes en América Latina: lluvias intensas y abundantes, aumento del caudal de los ríos y posteriores inundaciones en Colombia, Ecuador y el norte de Brasil; y en condiciones de sequía en Perú, Bolivia, el sur de Brasil, Argentina y Chile.
Varios de estos últimos países viven desde el pasado año una intensa sequía, que ha afectado los cultivos, ha secado ríos e impactado la generación hidroeléctrica.
Según la NOAA, La Niña se intensificará durante las próximas semanas y comenzará a debilitarse hasta junio del año 2022, lo que puede tener un impacto en las lluvias, el final de la temporada de huracanes y la intensidad del próximo invierno boreal.
Ahora se teme que La Niña retrase aún más la temporada de lluvias en el Cono Sur y haga de 2022 un año aún más seco.
La NOAA ha señalado que La Niña puede influir en los últimos meses de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, que ha sido particularmente activa.
La Niña anterior ocurrió durante el invierno de 2020-2021 y con anterioridad, entre 2017 y 2018. El último evento El Niño tuvo lugar entre 2018 y 2019.