Managua. Por Miguel Carranza Mena, colaboración para Radio La Primerísima
La Operación Especial Militar para desnazificar Ucrania dio inicio el 24 de febrero de 2022 por una decisión de seguridad de la Federación de Rusia para frenar la expansión de la genocida OTAN hacia Europa del Este y en apoyo a la población rusa de la región del Donbass que estaba siendo bombardeada desde 2014 por el golpista pro norteamericano, Petro Poroshenko. Poroshenko preparó la antesala para el reciente conflicto recibiendo ayuda militar de parte de Estados Unidos y de la OTAN y enjaranando a su país con armamento aunque su país se hundiera en deudas y corrupción.
Los deseos de los gringos de ver enfrentados a rusos y ucranianos es viejísimo. Ya Washington había fracasado con la Revolución Naranja de 2004, cuando, en contravención de la Constitución ucraniana, se realizó una tercera vuelta de las elecciones para beneficiar al candidato prooccidental Víktor Yúshchenko. En aquel entonces, se vieron frustrados los planes de Occidente de arruinar los vínculos históricos de estos pueblos hermanos en el ámbito económico, cultural y espiritual.
Han pasado 20 y 10 años de la Revolución Naranja y de la Revolución de Color, respectivamente, que fueron originadas por las promesas de occidente de incorporar a Ucrania al “Jardín de las Flores”, a la Unión Europea, pero precisamente solo se han quedado en eso promesas, promesas que no se cumplirán por los altos niveles de corrupción del régimen de Volodimir Zelensky y porque Ucrania es simplemente un instrumento de Occidente para contener el desarrollo del pueblo heroico ruso.
Mercenarios colombianos
Desde el inicio de la Operación Especial Militar de Rusia para desnazificar Ucrania, miles de mercenarios se encontraban ya listos para participar en la guerra por parte de Kiev, como si el régimen de Volodímir Zelensky y sus aliados estadounidenses ya tenían planificada esta guerra contra el Kremlin.
A mediados de 2024, la Cancillería de Colombia, a través de un comunicado, informó que desde el 24 de febrero de 2022 han atendido cerca de 300 solicitudes de mercenarios colombianos que decidieron salir de Ucrania, y que más de 51 han resultado víctimas mortales del conflicto.
El comunicado agregó que la situación “representa un riesgo para la vida” de quienes decidan sumarse a la lucha y recomendó a sus ciudadanos que por voluntad propia han decidido aceptar ofertas en Ucrania, tener presente que la situación actual en ese país representa un riesgo para la vida, inclusive para aquellos con experiencia militar. La cancillería de Bogotá dice que no promueve ni facilita la vinculación de colombianos con las fuerzas ucranianas y reiteró que son decisiones personales “voluntarias e individuales”.
Hay reportajes, programas en vivo emitidos desde Bogotá, que afirman que desde febrero de 2022 decenas de colombianos ya habían viajado los más de 10 mil kilómetros que separan a su país con Ucrania con la idea de unirse al ejército fascista y recibir en pago entre 3 mil y 4 mil dólares mensuales.
La mayoría de estos mercenarios decidieron aventurarse a la muerte muy lejos de donde sus ojos vieron la vida, aburridos de recibir un pago menor a los 400 dólares mensuales y con la frustración de no tener un ascenso dentro del ejército colombiano. Manifestaron tener experiencia de guerra al combatir contra las guerrillas de las FARC, pero con la preparación militar o no, todos sabemos que por la artillería de fuego rusa, estas legiones de “voluntarios” extranjeros se convertirían automáticamente en carne de cañón.
Investigaciones de periodistas colombianos indican que alrededor de 2 mil mercenarios del país sudamericano se encuentra combatiendo en la mera línea de fuego, tras haber firmado un contrato por tres años con las fuerzas armadas de Zelensky. Hay testimonios también de los esbirros explicando la dura situación de la guerra en la cual algunos ni completaron el mes del contrato y por supuesto ni cobraron su salario porque fueron alcanzados por los misiles o drones del Kremlin.
Algunos mercenarios sudamericanos entrevistados por medios colombianos, expresaron que la guerra contra Rusia es completamente diferente al combate que libró el Ejército de su país contra las FARC el cual se caracterizó por el uso de la infantería en la selva colombiana.
Despreciados por sus empleadores
Las redes sociales también nos han evidenciado los malos tratos que reciben los colombianos. Videos colgados en Tik Tok y youtube muestran discusiones y hasta pleitos a golpes entre mercenarios colombianos y oficiales de Kiev, que regularmente están padecen el racismo y discriminación por su nacionalidad y color de piel por parte de los soldados ucranianos.
Otros que enfrentan discriminación en los campos de concentración, son los esbirros de Francia con raíces africanas, de quienes los ucranianos se mofan. Los ultranacionalistas de Kiev creen que los franceses son cobardes y que están listos para huir del combate con todo y el fusil en mano. Y es que los ultranacionalistas ucranianos heredaron el racismo de los nazis hitlerianos a los que Paris se rindió prácticamente sin luchar en la Segunda Guerra Mundial. Con esta aversión contra los franceses con raíces africanas, los altos mandos del régimen de Kiev los envían a los lugares más difíciles de la guerra para que sirvan como carne de cañón.
Los familiares de los mercenarios colombianos muertos en la guerra, han denunciado que fueron engañados por el régimen de Zelensky. Explican que primeramente fueron contactados por correo electrónico y posteriormente les prometieron que apoyarían en la guerra pero no en la línea de combate sino en otras tareas de vital importancia como la seguridad.
Con los neonazi
¿Pero qué pasará en las mentes de los mercenarios extranjeros para involucrarse en este conflicto, Irán solo por dinero, fama, diversión, cómo es su destino en realidad? Hace un mes circuló la denuncia de que un mercenario colombiano ya en Ucrania que se arrepintió a última hora de ir a la trinchera fue lanzado a un pozo por sus compañeros de combate de Kiev.
Los esbirros extranjeros han recalado en el tristemente célebre batallón “Karpatska Sich” de carácter nacionalista nazi. Los miembros de este bloque son señalados de cometer crímenes de guerra y atrocidades contra civiles en el Donbass. En este bloque los mercenarios colombianos cuentan que son tratados como si fueran empleados del servicio doméstico. Les hablan a patadas.
También los altos jefes militares de Ucrania tratan mal a los mercenarios extranjeros. Se ha confirmado que les reducen los alimentos, municiones, equipamiento y armas. Según el diario “El Español”, muchos legionarios que se habían desilusionados de las Fuerzas Armadas de Ucrania quisieron volverse a su patria pero no pudieron por la prohibición de salida del centro de concentración y la anulación de su contrato. Ademas el alto salario prometido ha sido una completa falacia por parte del régimen de Volodimir Zelensky.
Según la periodista colombiana María Jimena Duzán, la mayor cantidad de mercenarios muertos proceden de Estados Unidos, Georgia y Colombia.