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Inmenso cariño y agradecimiento a Roberto Clemente

Inmenso cariño y agradecimiento a Roberto Clemente Managua. Radio La Primerísima

Autoridades, deportistas y la población en general recuerdan este jueves al expelotero boricua Roberto Clemente, a 48 años de su trágica muerte en un accidente aéreo cuando trasladaba ayuda humanitaria a Nicaragua tras el devastador terremoto de 1972.

El pelotero de Grandes Ligas olvidó sus fiestas de fin de año para ayudar a las familias de este país cuando más necesitaban del apoyo del mundo. Por esa acción Nicaragua entera le guarda un inmenso cariño y agradecimiento.

En el estadio ubicado en las instalaciones del parque Luis Alfonso Velásquez Flores, que hoy lleva el nombre del afamado beisbolista, decenas de peloteritos se congregan junto a cronistas deportivos, managers y entrenadores para depositar ofrendas florales ante el monumento que evoca su figura.

Clemente brilló con el equipo de los Piratas de Pittsburgh (1955-72) al obtener 12 Guantes de Oro y exhibir un promedio de bateo de 317, con 240 jonrones y mil 305 carreras impulsadas. No en balde es considerado por muchos especialistas como el jugador más dominante de los años 60 del siglo pasado en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense.

Además, fue un atleta que supo brillar también fuera de los terrenos al erigirse, como Jackie Robinson, en un símbolo de la lucha contra el racismo en el deporte y abrazar muchas otras causas solidarias, pues nunca olvidó sus origen humilde.

El trágico accidente

El domingo 31 de diciembre de 1972, Clemente y cuatro personas más, abordaron un avión de carga cuatrimotor a hélices DC-7 en San Juan, Puerto Rico, que viajaría a Nicaragua. A las 21 horas, la aeronave desapareció del radar.

En ese avión iban el piloto (Jerry Geisel), el copiloto (Arthur Rivera, dueño del avión), la estrella ligamayorista, un amigo y un mecánico, quienes llevaban contenedores con alimentos, ropa y medicinas, que eran para los damnificados del terremoto que destruyó Managua el 23 de diciembre.

El avión se estrelló en las aguas del Océano Atlántico a una milla y media del Aeropuerto Internacional de Isla Verde. Según reportes de la Marina, el problema se presentó justo en el momento en que el aparato viraba hacia la izquierda, una maniobra normal cuando el destino era hacia el norte o el oeste.

Tras el accidente, dos barcos y dos helicópteros comenzaron con la búsqueda del avión con la esperanza de encontrar con vida a los ocupantes, aunque era algo sumamente complicado, ya que era de noche y el mar estaba sumamente violento.

Al llegar la mañana, varias embarcaciones privadas se unieron a la búsqueda, desafiando las condiciones del mar. Miles de personas fueron a la Playa de Boca de Cangrejos para observar el trabajo que realizaban los cuerpos de rescate, esperanzados en que tuvieran éxito.

Con el paso de las horas y los días, pocas cosas se encontraron, sólo algunas partes del avión, maletas y chalecos salvavidas, pero no había rastros de los ocupantes. Ante eso, fue necesario la intervención de buzos de la Marina.

El 4 de enero finalmente se pudo hallar la aeronave, estaba a 40 metros de profundidad. Las violentas olas y la poca visibilidad bajo el mar, hicieron muy complicado acceder a ella, pero lo que se confirmó fue que el avión se despedazó al hacer contacto con el agua.

43 Aniversario

Radio Segovia, La Poderosa del Norte.

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