París. Agencias
El luchador cubano Mijaín López ganó la final de grecorromana en categoría 130 kilos y es el primer deportista masculino en lograr cinco medallas de oro consecutivas en la misma disciplina olímpica.
López, a punto de cumplir los 42 años, se impuso este martes 6-0 al chileno de origen cubano Yasmani Acosta en un combate disputado sobre el tapiz del “Arena Campo de Marte”, junto a la torre Eiffel.
El cubano tuvo el apoyo del entregado público del Arena Campo de Marte, que le recibió con una ruidosa ovación e, igual que el lunes, coreó repetidamente “López, López”, con el afán de presenciar en directo el establecimiento de un récord histórico que seguramente perdurará durante mucho tiempo.
A sus 41 años, Mijaín López superó el anterior récord de cuatro oros de una misma prueba que ostentaba un selecto grupo de mitos del deporte como Michael Phelps, Carl Lewis, Katie Ledecky, Al Oerter, Paul Elvstrom y Kaori Icho.
Bajo una enorme ovación del público, López celebró la hazaña alzando en volandas a sus dos entrenadores antes de arrodillarse él mismo, se quitó los botines, los besó y los dejó en el tapiz, una tradición de los luchadores que se retiran.
Con ese gesto, el ídolo de Cuba le puso fin a su extensa y exitosa carrera. El rey de esta disciplina ascendió una vez más al Olimpo y desde allí se despidió.
Imbatido desde Beijing 2008, el gigante del pequeño pueblo de Herradura (Oeste) dio por concluida su legendaria carrera con esta rotunda victoria frente a Acosta, su amigo, discípulo y excompañero.
Su última pelea fue especial, pues enfrentó a Yasmani Acosta, quien durante años compartió con él en la selección cubana, pero que desde 2017 representa a Chile. El destino hizo que uno de sus más grandes amigos y rivales fuera su último obstáculo antes de la gloria eterna.
Acosta, cuya plata es la segunda medalla de Chile en estos Juegos, abandonó Cuba en 2015 precisamente por la falta de oportunidades que le dejaba el glorioso recorrido olímpico de Mijaín.
En las justas de París 2024, en las que han brillado genios talentosos como Novak Djokovic, Armand Duplantis, Simone Biles y Noah Lyles, el mundo del deporte le dice adiós entre aplausos a un peso pesado del Olimpismo ejemplo de vigencia y disciplina.
Los orígenes de la leyenda cubana
Mijaín López Núñez nació en Herradura, en la provincia de Pinar del Río, al oeste de Cuba, el 28 de agosto de 1982. Como muchos de sus compatriotas pensó en ser beisbolista o boxeador, pero la lucha grecorromana se cruzó en su camino y parecía que ambos estaban hechos el uno para el otro.
Siempre tuvo ambición. “Hasta recolectando latas de café quería ser el primero”, contó su padre. Cargando cajas de tubérculos y frutas desarrolló la constitución corpulenta por la que es conocido.
A los 10 años López comenzó a practicar la lucha grecorromana. A los 13 sufrió doble fractura de tibia y peroné que por poco le pone fin a su carrera. Su padre le dijo que desistiera de practicar el deporte, pero se rehabilitó de la delicada lesión y a los 17 ya era una de las promesas de la selección cubana.
Su biotipo impone respeto. El Gigante de Herradura, como se le conoce en su país natal, mide 1.98 metros de estatura y pesa 131 kilogramos. También lo hace su palmarés. Ha ganado seis ediciones del campeonato mundial de lucha grecorromana, además de cinco oros en los Juegos Panamericanos. Y eso que todavía no hablamos de su legado en los Olímpicos.
López arrancó su camino en los Juegos Olímpicos en la edición de Atenas 2004, en las que finalizó en la quinta posición. Fue su única participación sin medallas. Después ganó su el oro en Pekín 2008. Defendió el primer lugar del podio en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. En Tokio 2020 se mantuvo en la senda del triunfo y grabó con letras doradas su nombre en la historia de los Juegos Olímpicos.
En París 2024, tras la conquista de quinto oro consecutivo, llegó al final esta historia de éxito. Su entrenador, Raúl Trujillo, a quien siempre arrojaba a la lona a la hora de celebrar sus campeonatos, no pudo contener el llanto tras la pelea.
Yasmani Acosta, más que un rival
Yasmani Acosta Fernández nació en Agramontes, en la provincia de Matanzas, en el centro de Cuba. Es seis años más joven que su rival de este martes. También arrancó en la lucha grecorromana cuando tenía 10 años y representó a su país natal hasta 2015, año en el que desertó de la delegación cubana tras competir en un campeonato panamericano que se disputaba en Santiago.
Acosta, entonces de 27 años, vivió momentos complicados en Chile, donde no pudo entrenar al ritmo al que venía acostumbrado en isla caribeña. Trabajó como guardia de seguridad mientras se resolvía su situación. Volvió a competir a nivel internacional en 2017, cuando obtuvo la nacionalidad chilena y comenzó a representar a ese país.
Yasmani era visto como el sucesor de Mijaín López, con quien compartió en la selección cubana. Compartió con él durante unos ocho en los entrenamientos. Fue su sparring por excelencia y también influyó en sus consagraciones. La misma vigencia del ídolo cubano le impidió al ahora representante de Chile tener protagonismo y luchar medallas.
El luchador de 36 años le ha dado dos victorias al país austral en dos Juegos Sudamericanos. En los Juegos Panamericanos (Lima 2019 y Santiago 2023) cosechó dos medallas de bronce y en el Campeonato Mundial de París 2017 logró el bronce. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 había sido cuarto.
Este martes Acosta logró agigantar su carrera tras darle a Chile una medalla de plata olímpica que parecía inalcanzable para el país sudamericano en esta disciplina. Vendió cara su derrota ante Mijaín y salió con la frente en alto de la zona de combate.