Hay señales claras de que a partir del tercer semestre (julio) de ese año, la economía nicaragüense empieza a recuperarse del impacto sufrido por la epidemia del Covid-19, aseguró este jueves Ovidio Reyes, Presidente del Banco Central de Nicaragua.
Reyes presentó este jueves el “Estado de la Economía Nicaragüense y Perspectivas a Octubre 2020”. Según dijo, sobre todo en marzo y abril pasados el impacto de la epidemia fue muy fuerte afectando prácticamente todos los rubros económicos, incluyendo empleo, con la excepción de la actividad agropecuaria, principal sustento de la economía nacional.
Asimismo, Reyes explicó que el impacto del desempleo se sintió en la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). “La afiliación, que constituye otro indicador de empleo, muestra señales de estabilización después de junio. Específicamente, el número de afiliados al INSS creció en agosto y septiembre en 2,391 y 958 afiliados, respectivamente, luego de 4 meses consecutivos de desafiliación neta”, agregó.
Reyes explicó que “la tasa de desempleo abierto pasó de 4.8 por ciento en el primer trimestre a 5.4 por ciento en el segundo trimestre, una tasa de incremento moderada con respecto a la reducción observada en la actividad económica”.
No obstante, agregó, “se espera que la tasa de ocupación y de participación laboral aumenten de manera importante durante la segunda mitad del año, una vez que la economía mundial se reactive y que la economía nacional consolide su recuperación. También se espera que mejore la participación de los afiliados de la seguridad social”.
Durante el primer trimestre, la economía mantuvo la trayectoria de estabilización y recuperación que se venía observando desde mediados de 2019. Sin embargo, en el segundo trimestre, se manifestó directamente el impacto del COVID-19 a través de la reducción del comercio y de la producción mundial, la que afectó a Nicaragua principalmente en las actividades económicas relacionadas con el sector turístico: hoteles y restaurantes, y de servicios en general.
A principios del tercer trimestre, por el contrario, han surgido señales económicas de recuperación. Las señales observadas a partir de la evolución mensual de la actividad económica, recogidas por el IMAE, presentan al mes de abril como el de mayor impacto de la pandemia (-9.9%), con tasas cada vez menos negativas durante mayo y julio, sugiriendo que la actividad económica se encuentra en proceso de recuperación.
“En esta recuperación, se destaca la evolución positiva de las exportaciones de mercancías, depósitos bancarios y reservas internacionales, lo que ha dado lugar a una estabilidad cambiaria y del sistema financiero, que han favorecido a la baja en las tasas de interés. La producción y el empleo están dando señales de recomposición después de haberse contenido su reducción. Por su parte, la inflación ha estado convergiendo a un nivel más bajo”, anotó Reyes.
También dijo que hasta septiembre de 2020, la inflación ha presentado una tendencia hacia la baja. Este resultado ha estado principalmente influido por: baja en los precios de los alimentos, menores precios del petróleo y menor presión de costos por la reducción del deslizamiento cambiario del 5 al 3 por ciento que ocurrió en octubre de 2019″.
Reyes agregó que “este resultado evidencia que las políticas implementadas en el campo productivo y de política monetaria y cambiaria han sido las apropiadas, favoreciendo precios bajos que beneficiaron el poder adquisitivo y la reducción de los costos.
Para lo que resta del año 2020, se prevé una recuperación de las principales variables de la economía real, la que podría acelerarse una vez que se levanten las restricciones de viajes y al comercio y la economía internacional se recupere, dijo el presidente del BCN, Ovidio Reyes.
También se espera que las variables monetarias y financieras mantengan su tendencia de crecimiento. Así, se mantiene una proyección de tasa de crecimiento del PIB de -4.5%, con un rango de entre ±1%. Asimismo, se proyecta una tasa de inflación de 3.7% con un rango de entre ±0.5%.
Palabras oficiales del Presidente del Banco Central
Estaré compartiendo con ustedes la visión del Banco Central de Nicaragua sobre el Estado de la Economía Nicaragüense a octubre de 2020.
Durante el año 2020, la evolución de la economía de Nicaragua, como la de toda la región centroamericana y del mundo, se ha visto afectada por la pandemia mundial del COVID-19. Cabe destacar, que la afectación en la economía nicaragüense en producción y en comercio, aunque relevante, ha sido menor que la observada en el resto de los países de la región centroamericana y República Dominicana.
Durante el primer trimestre, la economía mantuvo la trayectoria de estabilización y recuperación que se venía observando desde mediados de 2019. Sin embargo, en el segundo trimestre, se manifestó directamente el impacto del COVID-19 a través de la reducción del comercio y de la producción mundial, la que afectó a Nicaragua principalmente en las actividades económicas relacionadas con el sector turístico: hoteles y restaurantes, y de servicios en general. A principios del tercer trimestre, por el contrario, han surgido señales económicas de recuperación.
En esta recuperación, se destaca la evolución positiva de las exportaciones de mercancías, depósitos bancarios y reservas internacionales, lo que ha dado lugar a una estabilidad cambiaria y del sistema financiero, que han favorecido a la baja en las tasas de interés. La producción y el empleo están dando señales de recomposición después de haberse contenido su reducción.
Por su parte, la inflación ha estado convergiendo a un nivel más bajo.
Contexto mundial adverso
El contexto económico internacional en 2020 se tornó adverso, con los principales socios comerciales del país en profunda recesión originada por el confinamiento de las familias, el cierre de fronteras y la consecuente parálisis de viajeros, así como la reducción del comercio mundial. También la demanda mundial se redujo, lo que originó resultados mixtos con reducción en ciertos precios internacionales de los bienes exportables, aunque recientemente algunos de ellos han repuntado.
En octubre de 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró su pronóstico sobre la economía mundial (respecto sus proyecciones de junio), con base en que los resultados del PIB del segundo trimestre en las grandes economías avanzadas fueron menos negativos de lo esperado, el restablecimiento del crecimiento en China y signos de una recuperación más rápida en el tercer trimestre. Así, el FMI proyecta una reducción del PIB mundial de 4.4 por ciento en 2020 (-5.2% en la proyección de junio) y una recuperación del 5.2 por ciento en 2021 (5.4% en la proyección de junio).
En este entorno, las respuestas de políticas económicas tanto en el ámbito monetario como en el fiscal han sido expansivas, mitigando de esta manera el impacto económico de la pandemia. Según desarrollos recientes, las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, podrían presentar tasas de crecimiento menos negativas que las previstas en 2020.
En el caso de Estados Unidos, en la tercera semana de septiembre, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) mejoró su pronóstico de contracción de la actividad económica estadounidense en 2020 a un 3.7 por ciento (desde un 6.5% de junio).
Por otra parte, China recuperó su crecimiento económico en el segundo trimestre (3.2% en comparación con una contracción del 6.8% en el primer trimestre). Según el índice de Gestores de Compra (PMI, por sus siglas en inglés), que se basa en una encuesta sobre compras en el sector manufacturero y que ofrece una perspectiva con respecto al posible crecimiento futuro, a septiembre de 2020 la economía mundial muestra una tendencia a la recuperación, luego de los meses críticos de abril y mayo.
Caída del PIB
El Producto Interno Bruto (PIB) correspondiente al primer trimestre de 2020 reflejó un crecimiento de 1.7 por ciento. Al mismo tiempo, la tasa de desempleo abierto disminuyó interanualmente para ubicarse en 4.8 porciento. No obstante, a partir de marzo, se comenzaron a manifestar los efectos económicos de la pandemia del coronavirus, principalmente en algunos flujos externos, lo que afectó el desempeño del segundo trimestre y las perspectivas económicas a corto plazo. Como resultado, el PIB del segundo trimestre registró una reducción interanual de 7.9 por ciento, con resultados sectoriales mixtos: un sector primario que continuó creciendo y un sector servicios presentando reducción.
Así, las actividades que se mantuvieron con crecimiento fueron: pecuario (2.1%) y agricultura (1.1%); mientras que, las actividades que se redujeron fueron: hoteles y restaurantes (-53%), explotación de minas y canteras (-30.2%) e industria manufacturera (-18.8%).Por los componentes del gasto, la demanda agregada externa se redujo (-26.8%) principalmente por la disminución en las exportaciones de zona franca, visitantes y servicios de transporte y seguros, aun cuando las exportaciones de mercancías continuaron creciendo. El consumo se redujo (-4.8%), mientras que la formación bruta de capital mejoró (5.2%), por la ejecución de la inversión pública y la variación de existencias.
Por otra parte, las señales observadas a partir de la evolución mensual de la actividad económica, recogidas por el IMAE, presentan al mes de abril como el de mayor impacto de la pandemia (-9.9%), con tasas cada vez menos negativas durante mayo y julio, sugiriendo que la actividad económica se encuentra en proceso de recuperación.
Cuando se analiza la serie interanual de tendencia ciclo del IMAE, la tasa de crecimiento resulta en -0.6 por ciento, indicando así la tasa de convergencia del IMAE mensual durante los próximos meses.
En línea con los resultados del PIB trimestral, las actividades con una mayor reducción interanual a julio fueron aquellas relacionadas con la prestación de servicios, principalmente hoteles y restaurantes (-51.2%). No obstante, algunas actividades han sido menos impactadas y han logrado recuperarse hacia julio, después de haber registrado reducciones interanuales en abril y mayo. En este sentido, se observó recuperación del crecimiento interanual en agricultura (9.7%), pecuario (4.6%) y comercio (5.5%). Asimismo, algunas actividades, como la administración pública, enseñanza y salud, no han dejado de presentar tasas positivas de crecimiento.
Dentro de los países de la región centroamericana y República Dominicana, el PIB trimestral de Nicaragua muestra el mejor desempeño en términos de variación interanual, tanto en el primero como en el segundo trimestre de 2020. En particular, en el primer trimestre Nicaragua fue el país que más creció y en el segundo trimestre fue la economía con la menor incidencia en producción.
Comparando los IMAE de los países de la región centroamericana y República Dominicana, todos muestran el mismo patrón de reducción de la actividad económica y posterior tendencia hacia la recuperación, observándose a Nicaragua como la economía con la menor afectación en actividad económica. La producción interna y exportaciones, así como por el hecho de no haberse adoptado medidas generales de confinamiento, pasan ser los elementos que explican este resultado.
Desempleo y afiliación del INSS
La tasa de desempleo abierto pasó de 4.8 por ciento en el primer trimestre a 5.4 por ciento en el segundo trimestre, una tasa de incremento moderada con respecto a la reducción observada en la actividad económica. Sin embargo, la tasa global de participación laboral se redujo en 4 puntos porcentuales, al pasar de 71.0 por ciento en el primer trimestre a 66.5 por ciento en el segundo trimestre. Esta reducción podría estar asociada a la decisión de una parte de la población económicamente activa de no buscar trabajo, tanto por motivos precautorios sanitarios, como por las perspectivas menos alentadoras de encontrar empleo por la reducción de la actividad económica. Por su parte, la tasa de subempleo pasó de 44.7 por ciento en el primer trimestre a 45.9 por ciento en el segundo trimestre.
En este entorno, la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que constituye otro indicador de empleo, muestra señales de estabilización después de junio. Específicamente, el número de afiliados al INSS creció en agosto y septiembre en 2,391 y 958 afiliados, respectivamente, luego de 4 meses consecutivos de desafiliación neta. Se espera que la tasa de ocupación y de participación laboral aumenten de manera importante durante la segunda mitad del año, una vez que la economía mundial se reactive y que la economía nacional consolide su recuperación. También se espera que mejore la participación de los afiliados de la seguridad social.
Inflación
Hasta septiembre de 2020, la inflación ha presentado una tendencia hacia la baja. Este resultado ha estado principalmente influido por: baja en los precios de los alimentos, menores precios del petróleo y menor presión de costos por la reducción del deslizamiento cambiario del 5 al 3 por ciento que ocurrió en octubre de 2019. Este resultado evidencia que las políticas implementadas en el campo productivo y de política monetaria y cambiaria han sido las apropiadas, favoreciendo precios bajos que beneficiaron el poder adquisitivo y la reducción de los costos.
La variación acumulada del IPC al mes de septiembre fue de 0.63 por ciento (3.89% a septiembre 2019) y la variación interanual fue de 2.81 por ciento (5.62% en septiembre de 2019). En términos de contribución a la inflación acumulada, los mayores impulsos provinieron de las divisiones de educación (0.26 p.p.), salud (0.23 p.p.), bienes y servicios (0.22 p.p.), muebles y artículos para el hogar (0.16 p.p.), y bebidas alcohólicas y tabaco (0.10 p.p.), las cuales sumaron en conjunto 0.97 puntos porcentuales. La división de mayor inflación interanual fue bebidas alcohólicas y tabaco, con 7.62 por ciento. Mientras que, la división de transporte registró una inflación interanual negativa por sexto mes consecutivo (-2.65%). La inflación interanual subyacente fue de 2.62 por ciento, menor que la tasa de deslizamiento cambiario de 3 por ciento.
Sector financiero
A pesar de las consecuencias adversas en la economía real, las variables monetarias y financieras presentan un buen desempeño. Así, al mes de septiembre de 2020, todos los agregados monetarios continuaron reflejando tasas de crecimiento interanual positivas, el mercado cambiario continuó estable y mediante sus operaciones monetarias el BCN continuó propiciando un manejo activo de la liquidez del sistema financiero. El desempeño de las variables del sector monetario y fiscal han favorecido el fortalecimiento de las reservas internacionales brutas, alcanzando en septiembre un saldo de 2,907.6 millones de dólares, lo que representó una acumulación de 510.1 millones de dólares respecto al nivel de diciembre de 2019 y una cobertura de 2.97 veces la base monetaria y de 7.96 meses de importaciones.
Como respuesta al efecto adverso de la pandemia, en el ámbito monetario se han adoptado una serie de medidas para incentivar la recuperación de la economía, para favorecer la liquidez, apoyar el flujo de crédito y la transmisión de la política monetaria.
Dentro de las principales medidas aprobadas están: i) expresión en córdobas nominales de los instrumentos que conforman el corredor de tasas de interés del BCN, ii) reducción de la tasa de referencia monetaria (TRM) y tasas conexas, iii) ajuste en el periodo de la tasa de encaje en moneda nacional y iv) liberación del encaje legal obligatorio en moneda nacional hasta por un monto de cuatro mil millones de córdobas.
También ha sido determinante, las inversiones realizadas por el sistema financiero en instrumentos del BCN, como una repuesta frente al mayor riesgo crediticio y para aprovechar los mejores rendimientos internos frente a la baja de tasas de interés en el exterior.
La política de reducción de la TRM, así como en las tasas de interés de sus principales instrumentos, tuvo como objetivo de abaratar el costo de los reportos monetarios para la banca, señalizar condiciones más laxas de política y guardar consistencia con la evolución de las tasas de interés internacionales.
Así, a septiembre de 2020, el BCN realizó 9 ajustes a su TRM, alcanzando una reducción de 350 puntos básicos, pasando de 7.75 por ciento (3% correspondiente al deslizamiento cambiario a la TRM vigente el 1 de enero de 2020, la cual estaba expresada en dólares en ese momento) a 4.25 por ciento en agosto de 2020.
Banca privada
La actividad financiera ha continuado su proceso de estabilización, reflejándose en aumento de los depósitos, aunque por un tema de riesgo la banca está siendo cautelosa en las entregas de crédito, manteniendo una elevada liquidez que favorecerá la inversión financiera, principalmente en depósitos e instrumentos del BCN. En este sentido, a agosto de 2020, los depósitos han continuado su crecimiento iniciado en diciembre de 2019, aumentando 13.2 por ciento interanual. La variación interanual del crédito fue la menos negativa desde noviembre de 2018 (-6.4%).
En términos de indicadores, las disponibilidades del sector bancario representaron el 46.6 por ciento de las obligaciones, la adecuación de capital ascendió a 23.1 por ciento (superior al 10% requerido), y la cartera vencida y en cobro judicial se ubicó en 4.4 por ciento de la cartera bruta. Por su parte, dado en contexto del COVID-19 y su incidencia en la capacidad de pago de los hogares y de las empresas, la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), implementó una norma para facilitar condiciones especiales a los deudores afectados por la pandemia.
Consistente con lo anterior, en el segundo trimestre de 2020 el Índice de Condiciones de Intermediación Financiera (ICIF) alcanzó un punto neutro, con 0.03 desviaciones estándar. En el comportamiento del índice se observa una reversión a partir del tercer trimestre de 2019, que refleja condiciones de intermediación financiera cada vez menos estrechas. La reducción dela actividad económica afectó consecuentemente la recaudación tributaria, aunque en los últimos meses se observa una tendencia hacia la recuperación.
Gasto Público
El gasto en 2020 se ejecuta conforme lo presupuestado. La colocación en Bonos de la República de Nicaragua (BRN) conjuntamente con la entrada de recursos externos han garantizado el financiamiento de dicho gasto. A julio de 2020, el Sector Público no Financiero (SPNF) registró un déficit acumulado de 4,457.7 millones de córdobas (superávit C$2,708.4 millones a julio 2019), consistente con un incremento de los ingresos del 2.9 por ciento interanual (principalmente por el incremento de las contribuciones sociales y otros ingresos, aunque los ingresos tributarios se redujeron) y un aumento de la erogación total de 13.1 por ciento.
La deuda pública se mantiene en niveles sostenibles, aunque ha crecido en términos del PIB debido a la baja de este último y en parte por el aumento de desembolsos de préstamos concesionales de acreedores multilaterales y bilaterales (US$386.4 millones a septiembre 2020 vs. US$367.9 millones a septiembre 2019). También han aumentado las colocaciones de bonos gubernamentales, respecto al acumulado al mes de septiembre de 2019. El financiamiento obtenido ha permitido en buena medida, que pese a la situación sanitaria que enfrenta el país, la ejecución financiera del Programa de Inversión Pública se mantenga en niveles adecuados (40% del total programado a junio 2020).
El déficit comercial de mercancías continuó disminuyendo en el acumulado enero-julio (-22.8% interanual) impulsado por un crecimiento de las exportaciones de mercancías del 9.5 por ciento interanual, favorecido por una mejora de los términos de intercambio del 16.1 por ciento. También incidió en este resultado la reducción delas importaciones FOB de 1.9 por ciento, explicada principalmente por la menor factura petrolera.
En el caso de las exportaciones de zona franca, la tendencia positiva del primer trimestre del año se revirtió a partir de abril, de tal forma que en el acumulado a julio registraron una reducción del 22.1 por ciento interanual, atribuible al impacto económico de la pandemia. La mayor reducción se ha observado en las exportaciones de textiles, debido a la disminución de la demanda de la economía estadounidense.
Los flujos acumulados de la balanza de pagos a junio de 2020 muestran un superávit de la cuenta corriente y una cuenta de capital positiva. En el neto, durante el primer semestre, se observó una entrada de capitales. En el acumulado a julio, las remesas familiares crecieron 8.5 por ciento en términos interanuales, después de desacelerarse en abril cuando fueron de -9.1 por ciento.
Proyecciones
En tanto, como resultado del cierre de fronteras en otros países y las restricciones de viajes, los ingresos por exportaciones de servicios, entre los que se encuentra el turismo, que al primer trimestre habían sido de 360.9 millones de dólares, alcanzaron los 137.8 millones dólares en el segundo trimestre.
Para lo que resta del año 2020, se prevé una recuperación de las principales variables de la economía real, la que podría acelerarse una vez que se levanten las restricciones de viajes y al comercio y la economía internacional se recupere. También se espera que las variables monetarias y financieras mantengan su tendencia de crecimiento.
Así, se mantiene una proyección de tasa de crecimiento del PIB de -4.5 por ciento, con un rango de entre ±1 por ciento. Asimismo, se proyecta una tasa de inflación de 3.7 por ciento, con un rango de entre ±0.5 por ciento. La cuenta corriente de la balanza de pagos se espera que finalice con superávit, impulsado por la mejora de la balanza comercial y de servicios. Se espera que los depósitos crezcan, que el crédito presente colocaciones netas cada vez menos negativas y que las reservas internacionales continúen consolidándose. En cuanto a las finanzas públicas, se espera mantenerlas controladas y un déficit del sector público mayor que en 2019, el que incluye un mayor gasto en salud.
BCN informa sobre el PIB trimestral (PIBT) del segundo trimestre de 2020
El Banco Central de Nicaragua (BCN) publicó el 15 de octubre de 2020, los resultados de la actividad económica correspondientes al segundo trimestre de 2020, donde se reflejó el impacto económico de la pandemia mundial del COVID-19, al registrarse una disminución interanual del Producto Interno Bruto del trimestre (PIBT) de 7.9 por ciento y de 2.3 por ciento en promedio anual. Así, el PIB del primer semestre del año registró una disminución acumulada del 3.0 por ciento. Cabe destacar, que el PIB de la economía nicaragüense reflejó la menor reducción respecto del resto de países de Centroamérica y la República Dominicana.
Por el enfoque de la producción, la evolución interanual del PIBT estuvo asociada a disminuciones en las actividades de: hoteles y restaurantes (-53.0%), explotación de minas y cantera (-30.2%), pesca y acuicultura (-27.9%), industria manufacturera (-18.8%), electricidad (-17.7%) e intermediación financiera (17.1%), entre otros, las cuales fueron atenuadas por el aumentos en el valor agregado de salud (3.6%), administración pública y defensa (2.1%), pecuario (2.1%), enseñanza (1.2%), agricultura (1.1%) y comercio (0.2).
Por el enfoque del gasto, la variación interanual del PIBT estuvo determinada principalmente por la disminución de la demanda externa neta, y en menor medida por la disminución de la demanda interna. En el segundo trimestre, en la demanda externa neta se observó disminución en las exportaciones (-26.8%), mayor que en las importaciones (-7.8%). Por su parte, en la absorción se registró disminución en el consumo (-4.8%) y en la formación bruta de capital fijo (-6.4%).
Los resultados del ajuste estacional muestran que, la serie desestacionalizada del PIBT disminuyó 5.2 por ciento con relación al trimestre anterior. Por su parte, la evolución subyacente de la serie de tendencia ciclo registró disminuciones de 4.5 por ciento interanual, de 1.9 por ciento en promedio anual y de 3.5 por ciento con relación al primer trimestre del año 2020.
Finalmente, a precios corrientes, el PIB trimestral reflejó una disminución interanual de 5.5 por ciento y crecimiento de 2.0 por ciento en promedio anual en la serie original.