Managua. Por Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua.
Queridos compañeros, estimados amigos:
Felicitémonos, porque el aliento sagrado del pueblo, que manda, que cumple, que ama, vibra y es fuerza misteriosa y victoriosa, se ha manifestado, y se manifiesta, en todas partes, con el invisible y a la vez perfectamente perceptible, fuego de la verdad, la justicia, y la celebración de la paz, que defendemos y merecemos.
A todas las valientes, valiosas y admirables familias nicaragüenses, nuestro compromiso de seguir forjando la unidad por el bien común, las alianzas que, sostenidas y sosteniendo el arca, nos auguran, anuncian y aseguran, fraternidad, hermandad, para avanzar.
¡Felicitémonos, pueblo que ha vencido, que seguimos venciendo!
Con fe, e invictas y crecientes esperanzas, consolidamos y desarrollamos la vida tranquila, con energías constructivas, que crean, porque creemos, que el derecho al bienestar, mejorando la vida cada día, es derecho inalienable del pueblo digno, combativo, alegre y triunfante de Nicaragua libre.
Nos abrazamos felices de lo aprendido y dispuestos a aprender y crecer más y más, reconociendo y aplicando nuestros ideales y valores, legado indiscutible de nuestros Héroes y Mártires.
Somos plenamente conscientes del privilegio de habitar este presente que transcurre hacia el futuro que queremos, de amanecer en amanecer, de batalla en batalla; porque el alba de oro de nuestros pueblos se enciende cada mañana, y es hálito, inspiración, convicción y fuerza de trabajo, paz y seguridad para todos.
Unidos hemos derrotado todas las malignidades. Unidos vamos derrotando la pobreza. Unidos estamos viviendo, con júbilo, estos nuevos tiempos. Unidos somos el poder y la gloria que nuestros héroes nos han entregado para forjar porvenires brillantes, claros, lúcidos, formidables porvenires, que desconocen, borran, entierran, todas las mentiras, todas las falsificaciones, traiciones y cobardías. Negamos los fraudes humanos, las caretas, las estafas, las imposturas.
A las poses, a la envidia que les corroe, a la frustración y las rabias de los que nunca pudieron, oponemos el vigor y la gloria de la Revolución Popular Sandinista, como verdad primera y última. La Revolución es integridad sellada con la voluntad de Dios, y la santa sangre de miles y miles de nicaragüenses.
Siempre inclaudicables, siempre insobornables, siempre en la inmensidad espiritual de todos los horizontes, que tenemos, que somos, que habitamos ya. Estamos conscientes de que la lucha es el más alto de los cantos. El más noble. El canto que trasciende. La lucha que fortalece el alma, y nos hace y rehace, para seguir sembrando y labrando, de combate en combate, llenos de ese amor que todo puede, y todo vence.
Felicitémonos, porque la valentía va adelante, Siempre Más Allá, entre banderas y flores de irremplazable humanidad.
Nos queremos, y juntos, todos juntos, solidarios, en Patria y Libertad, ¡vamos adelante!
Abrazos enormes, siempre al frente,
Sandino, Siempre Más Allá
En luz, vida y verdad
Al 45/19 en fuerza insobornable, en sol de libertad en lucha inclaudicable, ¡en no retroceder!
Con Daniel y el Frente, ¡el Pueblo-Presidente! ¡Paz con dignidad!