Madrid. Agencias
El número de víctimas mortales debido al paso de la DANA en España ha alcanzado las 217. De este total, la mayoría se registran en la Comunidad Valenciana, con 213 fallecimientos, mientras que en Castilla-La Mancha se han reportado tres y uno en Málaga.
Según ha comunicado el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana, el último informe sobre las víctimas ocasionadas por la DANA en la provincia de Valencia revela que se han registrado 210 fallecidos.
En la comunidad de Castilla-La Mancha, se ha revisado la cifra después de que, en la mañana de este domingo, se encontrara el cuerpo sin vida de una de las cinco personas que estaban desaparecidas en la localidad albaceteña de Letur, que ha sido la más perjudicada por la DANA en esta región.
Por el momento, no se cuenta con una cifra oficial sobre la cantidad de personas desaparecidas en la provincia de Valencia.
La DANA que ha afectado a España se considera uno de los desastres naturales más severos en los últimos 75 años. Este evento ha superado incluso a la riada de Biescas en Huesca, ocurrida en 1996, que causó la muerte de 87 personas, así como a la riada del Turia en 1957, donde el número de víctimas osciló entre 80 y 100.
A pesar de que no se tiene certeza sobre cuál ha sido el desastre natural más mortífero en España, ya que solo en las últimas décadas se ha llevado a cabo un recuento de víctimas más exacto y confiable, se considera que las riadas del Vallés, ocurridas en la provincia de Barcelona en septiembre de 1962, representan la mayor catástrofe natural de la historia reciente. Este evento dejó entre 600 y 1.000 víctimas mortales, además de miles de heridos y significativas pérdidas económicas.
En segundo lugar, se encuentra la tormenta que en octubre de 1973 causó la muerte de al menos 150 personas en las provincias de Granada, Almería, Alicante y Murcia. En esta última región, las lluvias torrenciales ocasionaron los daños más severos, resultando en un total de 89 fallecidos.
El siguiente evento trágico fue el reventón de la presa de Vega de Tera, situada en la localidad zamorana de Ribadelago. Este desastre ocurrió debido a intensas lluvias torrenciales el 9 de enero de 1959. La ruptura del dique provocó la liberación de ocho millones de metros cúbicos de agua, lo que devastó el pueblo y causó la pérdida de la vida de 144 de sus 523 habitantes.
Este miércoles, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha afirmado que la actual DANA representa la gota fría “más adversa” del siglo en la Comunidad Valenciana. Según sus declaraciones, el impacto y los registros de esta DANA superan a los de la ocurrida en septiembre de 2019 y son comparables a los dos grandes temporales que azotaron la región en los años ochenta. Estos incluyen el temporal de octubre de 1982, conocido por la pantanada de Tous, que causó al menos 30 muertes, y el evento de noviembre de 1987, que dejó cuatro fallecidos.
Los desastres ocurridos en Biescas y la riada del Turia son eventos trágicos que han dejado una profunda huella en la memoria colectiva.
En el caso de Biescas, un fatídico suceso tuvo lugar en 1996, cuando una serie de inundaciones provocadas por un desbordamiento del río resultaron en la pérdida de vidas y daños materiales significativos. Muchos habitantes recordarán cómo las aguas arrasaron con todo a su paso.
Por otro lado, la riada del Turia, que se produjo en 1957, también dejó un impacto devastador. Este evento histórico se caracterizó por intensas lluvias que causaron el desbordamiento del río, afectando gravemente a la ciudad de Valencia. Las imágenes de calles inundadas y personas evacuando sus hogares son difíciles de olvidar.
“La naturaleza puede ser implacable,” comentan los sobrevivientes al recordar aquellos días oscuros.
A través de estos episodios, se ha evidenciado la importancia de contar con planes de prevención y respuesta ante desastres naturales para evitar tragedias similares en el futuro.
La riada del camping de Biescas, situada en la provincia de Huesca, se encuentra detrás de esta DANA, siendo la que más víctimas ha ocasionado. Este trágico evento tuvo lugar el 7 de agosto de 1996, cuando una súbita crecida del torrente de Arás devastó el camping Las Nieves. Como resultado, 87 personas perdieron la vida y más de 187 sufrieron heridas.
La riada de Valencia, ocurrida en 1957, inundó la ciudad y provocó la muerte de al menos 81 personas, así como miles de afectados y significativos daños materiales. Este trágico evento, de hecho, influyó en el futuro y crecimiento de Valencia, lo que llevó a modificar el cauce del río Turia en 1973 para prevenir la repetición de una catástrofe similar.
La riada de Bilbao, ocurrida el 26 de agosto de 1983, también captó la atención mediática. Un intenso diluvio provocó el desbordamiento del río Nervión, lo que resultó en la trágica pérdida de 34 vidas y devastó el casco antiguo de Bilbao, así como las orillas de otros municipios cercanos.
En el año 1957, un total de 34 personas fallecieron en la isla de La Palma, en un evento conocido como la ‘Tragedia del Llanito’. Este trágico suceso ocurrió cuando un temporal azotó el archipiélago canario, generando lluvias torrenciales. Además, el desbordamiento resultante arrasó numerosas viviendas y devastó extensas hectáreas de cultivos.
No se puede olvidar la riada de Badajoz en 1997, que resultó en la trágica pérdida de 25 vidas y causó numerosos daños en la capital pacense. Asimismo, la riada del Tamarguillo en Sevilla en 1961 es recordada por la tragedia relacionada con la operación de rescate denominada ‘Clave’. En este incidente, una avioneta que formaba parte de una caravana de ayuda se enredó con cables de alta tensión y cayó sobre una multitud, lo que llevó a la muerte de 20 personas y dejó más de 100 heridos.
En las últimas décadas, los desastres naturales han sido innumerables, especialmente aquellos que han causado menos de 20 muertos. Uno de los eventos más significativos fue el terremoto de Lorca, ocurrido en Murcia en 2011, donde un sismo de magnitud 5,1 resultó en la muerte de 9 personas y dejó a 324 heridos.
En España, el cambio climático ha provocado un aumento en la frecuencia de fenómenos como los incendios y las olas de calor. Sin embargo, en los últimos años, han ocurrido otros eventos naturales que se recuerdan más por su impacto económico que por la pérdida de vidas. Un ejemplo de ello es la erupción del Volcán de La Palma en 2021, así como la nevada conocida como ‘Filomena’, que a principios de ese mismo año afectó a amplias zonas del país.