Managua. Por Comandante Daniel Ortega Saavedra, Presidente de Nicaragua
Hoy es una fecha emblemática en la historia de la Revolución Popular Sandinista: 13 de octubre.
El 13 de octubre significó un salto en la lucha que el pueblo nicaragüense venía librando contra la tiranía impuesta por el imperialismo yanqui aquí en Nicaragua. ¡Cuánta batalla, cuánto movimiento guerrillero, cuantos héroes, cuantos mártires! ¡Miles y miles de Héroes y Mártires, desde los que resistieron, enfrentaron y derrotaron a los colonialistas cuando invadieron Nicaragua. Diriangén, Nicarao. Hasta los que derrotaron a los yanquis, que quisieron adueñarse de Nicaragua y de Centroamérica, nombrando a William Walker, presidente de Nicaragua.
Y ahí salió la mano del pueblo, la mano de los trabajadores, la mano de los humildes, con una piedra derribando al invasor yanqui Andrés Castro. Y fueron derrotados los yanquis. Y luego la Revolución Liberal encabezada por el general José Santos Zelaya, que quitó todas las ataduras que tenía el pueblo de Nicaragua dominado por gobiernos conservadores, donde incluso no se podía enterrar en los cementerios a alguien que no fuese católico, apostólico y cristiano. Una total aberración. Zelaya acabó con eso. Cristo no dijo nunca que no se enterraran a los que no pensaran como él, pero ya los que están dominando la iglesia católica, ya eran los que habían traicionado a Cristo y que se empeñaban a hacer alianzas convenios, con los gobiernos conservadores entregados completamente al imperio yanqui.
Y Zelaya, pues, logró hacer cambios revolucionarios y eso provoco su derrocamiento. Los yanquis lo derrocaron. Y con el derrocamiento de Zelaya, vinieron las tropas yanquis, y frente a las tropas yanquis, un general y abogado. General del gobierno de Zelaya, abogado que había prestado servicio en diferentes funciones, se rebeló y se alzó en armas contra los invasores yanquis: el general Benjamín Zeledón.
El general Benjamín Zeledón dio la batalla contra miles de soltados yanquis acompañados de los vendepatria. En el mes de octubre, lo cercaron a Zeledón ahí en el cerro Coyotepe y ahí llegaron emisarios yanquis a decirle a Zeledón que se rindiera, que le iban a perdonar la vida, que se diera cuenta que el potencial de armas que ellos tenían, que eran mil veces más poderosas que las que tenía Zeledón.
Y Zeledón dijo: “tengo dignidad, tengo Patria y prefiero dar la vida antes que rendirme”. El cuatro octubre de 1912, el mismo día en que había nacido, día de sus cumpleaños, él, en combate frente a los invasores, da la vida por Nicaragua.
Pero su sangre no fue derramada en vano porque había un pueblo aquí que estaba indignado con la invasión yanqui. Y había un muchacho allá en Niquinohomo, Sandino, que vio como andaban arrastrando por todos lados a Zeledón para meterle terror a los nicaragüenses, y eso lo que hizo fue levantarle el coraje a Sandino.
Levantarle el coraje que traemos todos desde Diriangén. Ahí nace la rebeldía de nuestro pueblo en defensa de la justicia, de la soberanía, de la paz, de la Patria. Ahí nace. Somos hijos de esos Héroes que enfrentaron a los colonizadores.
Sandino empezó a dar la batalla y lo yanquis pensaban que lo iban a liquidar, o que lo iban a hacerse rendir. Y ni se rindió ni se vendió. Y así se los dijo, cuando le ofrecían capitulara: “yo no me vendo, ni me rindo jamás”. Al final, a los yanquis no les quedó más que retirarse derrotados. Sandino, queridos hermanos, derrotó a las tropas yanquis aquí en nuestra Patria.
Después, ya sabemos, vino un proceso de paz; Sandino participando, viniendo a Managua, y luego el asesinato cobarde, después que Somoza se abrazó con él, después que el presidente le invitó a una cena en la presidencia. Cuando Sandino viene saliendo de la cena, los capturan y los asesinan. Pero Sandino quedó, así como Diriangén, así como Andrés Castro, así como Zeledón, Sandino quedó en el corazón y en la sangre del pueblo nicaragüense.
Luego cuando ya se forma el Frente Sandinista, se pensó que había que dar la batalla desde la montaña, fíjense bien. ¿Por qué? Porque había otras experiencias revolucionarias, en otras regiones del mundo, donde en la montaña se iba formando un ejército. Estaba fresca la experiencia de Cuba, donde desembarca Fidel y van a las montañas y en las montañas van organizando el Ejército Rebelde, y forman columnas, y luego esas columnas van a tomarse las ciudades hasta que se produce el derrocamiento de la tiranía de Batista.
Entonces se pensaba que eso era lo que había que hacer aquí en Nicaragua también. Y yo diría que todos estuvimos metidos en esa lógica. Hasta Pancasán fue el momento en que estuvimos metidos en esa lógica. Hasta el año 1967, cuando en Pancasán estábamos estableciendo una base guerrillera en el centro del país. Una zona poblada, mucho campesino, había mucha gente después de estar la batalla, pero el pueblo estaba observando, observaba, veía, opinaba, simpatizaba. Se imaginaba incluso que las columnas guerrilleras del Frente Sandinista estaban derrotando a la Guardia y la guardia no daba tiempo. Pancasán fue el golpe más duro que sufrió el Frente en esa etapa.
Después de ese etapa ya empezó el debate interno y en el debate interno se produjo una división, todos con buenas intenciones. Unos compañeros pensaban que había que ir a hacer el ejército del pueblo a la montaña y luego venir bajando, liberando ciudades y fueron allá y se quedaron entrampados en la montaña.
Otros compañeros que pensaban que había que formar primero el partido, un partid y que después de formar el partido entonces pasar a otra etapa de lucha. Bueno, era una concepción creían que el partido tenía que ser primero. Y no entendían que el partido ya había nacido: nació con Diriangén, nació con Andrés Castro, nació con Zeledón, nació con Sandino, ¡ya había nacido! Era el Frente Sandinista el partido que ya había nacido, que encarnaba todas las batallas, todas las luchas y la rebeldía de nuestro pueblo.
Incluso con Carlos Fonseca hablamos de que había que pasar a un tipo de lucha donde el pueblo no siguiera viendo el Frente como algo allá heroico, dando la batalla, luchando, imaginándose que el Frente estaba ganando batallas que no ganaba. O sea, el pueblo como observador, colaborador en las ciudades, colaborador en el campo también, pero no era sujeto de la lucha.
Y dijimos nosotros: tenemos que ir a la insurrección. Yendo a la insurrección entonces el pueblo se va a convertir en su liberador. No a esta esperando que lo liberen, sino que el pueblo va a ser un combatiente que va a luchar.
¿Y esto qué significaba? Significaba tomar la decisión de salir de la montaña, formar unidades de combate y lanzarnos a tomar los cuarteles de la Guardia Somocista y tomando los cuarteles tener ya compañeros y compañeras entrenados en el manejo de las armas para que al tomar los cuarteles ellos también tomaran las armas de los guardias y creciera de esa manera el ejército del pueblo pero ya un ejército del pueblo formado por el pueblo y no un ejército allá dando la batalla en condiciones difíciles.
Eso explica el significado de este día, porque para este día 13 de octubre –hace hoy 46 años– habíamos planificado ya la toma de cuarteles algo que parecía una locura. Y otros compañeros de las otras tendencias nos condenaron, no entendían. Decían que era una locura, que era aventurerismo, que nos iban a despedazar. Pero decidimos ir a la toma de los cuarteles para desde ahí armar al pueblo y luego con el pueblo avanzar hacia otras ciudades.
El 13 de octubre iniciamos los combates en Ocotal. Ahí iniciamos los combates y le propinamos las primeras embocadas a la Guardia Somocista. El objetivo era llegar hasta el cuartel y tomarlo, pero por diferentes razones no se pudo porque la Guardia logró ser avisada y empezaron a avanzar sobre la carretera. Nosotros lo que hicimos fue montarnos sobre la cordillera y esperarlos ahí para embocarlos y empezaron los combates ahí.
Había más de 100 soldados de la Guardia de Somoza bien armados, pero nosotros estábamos con un armamento superior del que habíamos tenido en otros tiempos y estábamos con combatientes extraordinarios como Francisco Rivera, “El Zorro”. Un combatiente extraordinario que se tomó tres veces Estelí. Las dos primeras veces que tomó Estelí tuvo que retirarse y se retiraba con centenares de gentes, de familias y lograron burlar los cercos de la Guardia y luego volvían a caer hasta la tercera en que se tomaron Estelí. Y era el pueblo combatiendo.
Ahí en el Frente Norte Carlos Fonseca que se constituyó en esa cordillera de Dipilto-Jalapa, ahí empezamos a combatir y a golpear y a golpear y a golpear. Primera vez en la historia del Frente Sandinista que estábamos atacando cuarteles y tomando cuarteles, recuperando armas e incorporando más compañeros al combate con esas armas, logrando golpear el centro de mando que tenía la Guardia en toda esa zona y tomarlo también. Y tomarnos los poblados y hacer reuniones con los pobladores y explicarles cuál era la estrategia ahora: “que ahora no esperen que el Frente los libere, “ustedes son el Frente, ustedes son los combatientes y todos vamos a liberar”.
Luego el Frente Norte se convirtió en la gran escuela que forjó los cuadros ya con esa nueva estrategia y táctica de guerra, de lucha insurreccional. Y luego ¿qué hicimos? Bueno, el Zorro Francisco Rivera va para Estelí a organizar lo que organizamos allá y va el Danto que estaba ahí con nosotros, ese comandante heroico, va para el lado de Jinotega donde él combatió y finalmente cayó en combate, pero se liberó Jinotega. Y van otros compañeros para Managua y otros compañeros para Masaya.
Es decir, los cuadros que se foguearon ahí y vieron que era efectiva la batalla y cómo el pueblo querías arma y quería pelear también pero nos faltaban armas. Entonces fueron a todos los departamentos y ahí se fue organizando más la batalla insurreccional.
Después de esta insurrección de octubre donde cae el cuartel de San Carlos, ¡primera vez que el Frente Sandinista se tomaba un cuartel de la Guardia! En una zona que la tenía muy fortificada porque era una zona fronteriza. Entonces se fueron multiplicando las fuerzas y el pueblo se fue incorporando y cada vez que el Frente entraba a golpear un cuartel, salía la gente a la calle a sumarse, a apoyarnos en lo que pudiera, a facilitarle agua, alimentos a los combatientes que estaban frente a los cuarteles.
Y eso parecía que era todavía una locura, pero no: era una práctica insurreccional donde el pueblo se iba incorporando y por eso es la fortaleza de esta Revolución, porque esta Revolución contó con miles y miles y miles de combatientes que permitieron que se liberaran todos los departamentos de nuestro país, fue el pueblo liberando el pueblo hasta la victoria definitiva el 19 Julio de 1979.
Por eso esta fecha es de gran trascendencia, de enorme trascendencia y en este día rindiéndole homenaje a los Héroes de Octubre, rindiéndole homenaje a los que fallecieron en combate y a los que fallecieron ya por enfermedades después de ser grandes combatientes.
Después de este recorrido que hicimos hasta concluir con la Insurrección de Octubre que fue el paso definitivo. Fíjense: octubre fue en el año 1977 y el Frente venía a estar luchando en la estrategia anterior desde los años 1961, o sea una buena cantidad de años ya luchando y cada vez nos golpeaban, cada intento guerrillero en la montaña nos golpeaban.
Con la estrategia insurreccional nos fuimos al combate el 13 de octubre de 1977, que a dos años y meses culminó con la victoria. Es decir, fue tomando fuerza y eso explica la resistencia de este pueblo, la valentía de este pueblo. ¡Cómo hemos logrado derrotar conspiraciones, intentos de golpe!
Aquí no hay cobardes en Nicaragua, no hay quien se rinda y se venda. Y en nombre de todos los Héroes que a lo largo de la historia han dado su vida de diferentes formas, defendiendo y luchando por la libertad de Nicaragua. Héroes extraordinarios como Rigoberto López Pérez.
Gracias a ellos logramos alcanzar la victoria y alcanzando la victoria, a pesar de los 17 años que estuvimos fuera del gobierno, pero que nunca estuvimos fuera del poder porque el poder siguió en el pueblo, estaba acumulado en el pueblo, es que ahora en honor a todos los Héroes desde Diriangén hasta Carlos Fonseca, Tomás y todos los hermanos que han fallecido luego en diferentes circunstancias.
Gracias a ellos se produce el milagro de que Nicaragua, un país pequeñito, con un territorio pequeñito, con una población pequeñita establece relaciones con una potencia gigantesca como es la República Popular China que nos trata con respeto, que no nos pone condiciones y que no han andado invadiendo como han dado invadiendo las potencias capitalistas.
Y por eso, en homenaje a todos los Héroes y en esta fecha histórica del 13 de octubre, le hacemos entrega al pueblo de Nicaragua de estas unidades de transporte que vienen de la hermana República Popular China.
(*) Extracto de su discurso el 13 de octubre de 2023, en el acto durante el cual el Gobierno de Nicaragua entregó a varias cooperativas de Managua y Ciudad Sandino, las primeras 250 unidades de buses, adquiridas en una empresa de la República Popular China.
