Managua. Por Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua.
Aquí estamos, viendo, aprendiendo y sobre todo siendo testigos de la desgracia de una condición humana, como la que está desplegándose en las calles de la querida Venezuela. Una condición humana que odia, contraria a lo que debe ser la humanidad.
Una condición humana que produce, provoca, desgracias, dolor. Casi que no se puede decir que son seres humanos, porque el que odia la paz, el que promueve el odio, el que se pronuncia con maldad, con perversidad, el que salta sobre la maledicencia, la desgracia, las maldades, y sobre todo los crímenes, las tropelías, que cometen en un reprís ridículo.
¡Vemos lo mismo que hemos visto! Ante pueblos que se alzan grandes y dignos, se alza la gusanera, la maldad, los disparates, los guiñapos, los trapos sucios, los trapos viejos, los chingastes. Porque son chingastes, son despojos de la creación. Cuando digo creación, me refiero a la creación divina.
¿Qué son? Saltimbanquis de los imperios, eso es lo que son, creando miseria, promoviendo miseria, destrucción, muerte, muerte, dolor. Pero los muertos son ellos, se llenan la boca de gusanos, porque son muertos, enterrados por su propio odio, y deambulan como zombis, vergonzosos esperpentos, excluidos por ellos mismos de la historia.
Y a los que Gracias a Dios se fueron de aquí, porque afuera, afuera, ahí que digan lo que quieran. Nadie les hace caso. A esos que hacen el ridículo buscando cámara todos los días en plena sintonía con el odio, con la miseria humana, con la destrucción que promueven sus pares. ¿A esos qué les decimos? Lo que estamos viendo es su propio teatro repugnante, falso, espurio, idiota.
Parecen bobos, parecen lo que son, fantasmas, ni facha, ni figura, ni voz. Sin alma no viven, y sacan lo único que tienen, como dice nuestro pueblo, jeta. Sacan jeta, aprovechan cualquier circunstancia para creerse grandes. ¡Qué ridículos! Ni siquiera en zancos pueden parecer grandes. Ni facha, decíamos, ni figura, ni voz. Sacan jeta, pretendiendo un absurdo protagonismo, porque del suelo donde como insectos rastrean, no pasan, ¡no pasan! ¡No pasarán!
Nosotros, nuestros pueblos, que son dignos hijos de los grandes héroes y próceres, luchadores, representan nuestra dignidad, nuestra libertad, nuestros derechos.
A nosotros nos causan risa si no fuera por el dolor que provocan entre los pueblos. El dolor y la destrucción. ¡Qué estúpidos! ¡Qué grotescos! Un teatro burlesque, vacío, desierto, deshabitado. Jamás podrán, jamás serán, porque no son.
Los engreídos, los bobos, los saltimbanquis del imperio, los chupasangre, los oscuros y diabólicos golondrinos, no hacen verano, no volverán, no pasarán, porque la cobardía y la traición no tienen Patria.
Y lo decimos desde el fondo de nuestros corazones: estamos juntos, los pueblos dignos y luchadores estamos juntos. Los batracios, los insectos, ni siquiera pueden unirse. ¡Rastreros, rastreros, basura de la historia!
Aquí, nosotros pendientes y siempre solidarios, y siempre fortalecidos por una alma única, que es el alma de nuestros pueblos. Esa alma de nuestros pueblos es la que vibra en esta Nicaragua bendita; la que vibra, la que canta, la que camina, la que avanza, la que se manifiesta en paz y bien. Porque lo que queremos es paz, a lo que tenemos derecho es a vivir en paz.
Tenemos derecho a nuestros suelos, nuestras tierras, nuestros sagrados territorios… Tenemos derecho a vivir tranquilos y seguros. Tenemos derecho a continuar batallando contra la miseria humana. Tenemos derecho, y deber, de batallar contra la miseria humana.
Ya ayer nos pronunciábamos nosotros ante la comunidad internacional, por lo que vemos, lo veíamos desde ayer, nuestra propia experiencia frente a los imperialistas de la tierra nos hace ver, y es evidente, y hemos denunciado al mundo que el pueblo de Bolívar, de Chávez, de Nicolás, que ha resistido y vencido todos los intentos de humillación y destrucción de sus derechos.
Cuando logra una apabullante victoria en las elecciones, del domingo 28, por supuesto que no se van a quedar ellos tranquilos, reaccionan queriendo dominar o continuar dominando, o continuar aplastando; un nuevo intento de Golpe de Estado, la soberbia, los afanes de dominio y de saqueo de nuestros pueblos y nuestros recursos. Se confabulan nuevamente para seguir ejerciendo todas las formas de odio contra esa Venezuela admirable, de grandes batallas e infinitas victorias.
Y ahí andan, ahí andan los rastreros, los basura, queriendo, volvemos a decirlo, sacar jeta, a partir de esa coincidencia entre miserables, entre indignos, entre cobardes, entre apátridas. Porque el que se va contra su pueblo y contra su Patria, no tiene Patria.
(*) Extractos de su intervención al mediodía a través de Multinoticias del canal 4 de televisión, el martes 30 de julio de 2024
