Managua. Por José Aragón
Antes de que el capitalismo inventara la producción en serie para llenar aceleradamente el mundo de chatarra, ya la naturaleza llevaba millones de años utilizando, en positivo, esa fórmula para crear y reproducir a gran escala plantas, animales y humanos que poblaran la tierra de vida, cooperaran entre sí y la llenaran de alegría.
Mucho antes de que los avariciosos capitalistas colocaran el chip de obsolescencia programada en sus productos para aumentar el consumo, la contaminación y las enfermedades, ya la sabia naturaleza, desde el principio de los tiempos, había diseñado a los seres vivos con un límite de edad que permitiera y estimulara la regeneración constante de la vida para que renaciera cada vez más limpia y fortalecida.
Los humanos, más que inventar, lo que hacemos es descifrar las soluciones que el universo mantiene escondidas en la inmensidad de sus misterios. ¡La naturaleza inventa para el beneficio de todos, mientras el capitalismo solamente para aumentar su negocio!
El capitalismo investiga y hace descubrimientos siempre en función del beneficio de unos pocos. Invierte ingentes recursos en investigación científica y desarrollo de tecnologías de todo tipo para aumentar sus ganancias y mantener la supremacía comercial, militar, económica e ideológica sobre los demás pueblos. El capitalismo abusa en la explotación de los recursos naturales sin tener en cuenta la conservación del planeta ni la supervivencia de la especie humana. Influye negativamente en el desarrollo de los países empobrecidos destruyendo su capital humano por medio del robo de cerebros y la negación del acceso a las tecnologías.
El capitalismo promueve brutales guerras en los países que albergan grandes yacimientos de petróleo, cobre, uranio, coltán, etc. con el objetivo de robar esas materias primas que sus fábricas necesitan para la manufactura de sus inventos y que, para obtener esos recursos, no duda nunca en eliminar personas, expulsarlas de sus territorios, destruir ecosistemas, contaminar fuentes de agua y truncar las esperanzas de los legítimos dueños de esas riquezas, a los que solamente les queda desolación, enfermedades, emigración en masa, hambre y miseria de todo tipo.
Cansada la humanidad de tantos desmanes capitalistas, ha comenzado a tomar fuerza un amplio movimiento de países que van dando forma a un Nuevo Orden Mundial basado en la multipolaridad. Un orden donde las relaciones internacionales estén basadas en el respeto, la cooperación solidaria y el intercambio justo entre las naciones. Una Multipolaridad que se va consolidando decidida a enfrentar la necesidad urgente de revertir los daños causados por el capitalismo, para lo cual será necesario invertir en una Educación nueva y de calidad que desprograme el consumismo instalado en nuestras mentes y que permita investigar y descubrir en beneficio de toda la humanidad y de la tierra, de los bosques, de los mares, de los insectos que tan importantes son en la cadena vital y que el capitalismo con su consumismo enfermizo, con sus pesticidas y agroquímicos, con la pesca indiscriminada, con el uso de los mares como su basurero particular, ha destruido hasta llevar la desgracia a un punto de casi no retorno.
El mundo multipolar, alternativa real al destructivo y rapaz modelo del imperialismo-capitalismo, tendrá que centrar esfuerzos en encontrar soluciones efectivas que permitan a todas las personas del planeta el acceso al agua potable, la alimentación sana, la salud pública de calidad, la energía eléctrica, los medios para producir y distribuir los productos bajo los principios del intercambio justo. Deberá promover una economía solidaria, reimpulsar el comercio comunitario y la pequeña y mediana empresa por encima de los grandes monopolios que hoy destruyen empleos imponiendo precios de compra a los productores que no llegan a cubrir ni siquiera los gastos de producción, para después aplicar precios desorbitantes a los consumidores, obteniendo así inmensas ganancias a costa de la doble explotación de nuestros trabajadores.
Solo cambiando radicalmente el destructivo modelo capitalista por uno nuevo con valores humanos y comprometido con el desarrollo sostenible podrá llegar la salvación del planeta. El Nuevo Orden Mundial multipolar y cooperativo que cada vez va sumando y reuniendo a más pueblos, será la respuesta sanadora de la tierra ante la barbarie sembrada a lo largo y ancho del mundo por el capitalismo salvaje, rapaz y depredador.
Es muy estimulante saber que en esta etapa reorganizativa del mundo, Nicaragua, encabezada por el gobierno del Frente Sandinista, está posicionada en el lado correcto de la historia, aportando esfuerzos en la construcción de una nueva sensibilidad política, comercial, económica y ecológica que hoy hace renacer las esperanzas de una sociedad mundial con nuevos bríos, enfrentando decisivas batallas globales por la paz, los derechos humanos, las libertades y la salvación urgente del planeta.
