Canberra. Por Caitlin Johnstone
El Washington Post es uno de los peores periodicuchos propagandísticos que jamás haya existido en ningún país. Si yo hubiera publicado un artículo así para un medio de propaganda del imperio tan depravado, no podría dormir por la noche.
Dice el artículo: «La Primera Enmienda garantiza la libertad de expresión incluso a los estadounidenses que se cree que difunden propaganda extranjera. Sin embargo, funcionarios y ex funcionarios de los servicios de inteligencia afirman también que la tolerancia de los estadounidenses hacia la información pagada por actores extranjeros ha convertido la desinformación en una de las amenazas más graves para la democracia de Estados Unidos. El apoyo extranjero a publicaciones aparentemente independientes permite a otros países negar la desinformación, así como protegerse de las plataformas de Internet que etiquetan la información como procedente de medios patrocinados por el Estado».
El increíblemente sórdido artículo de difamación del Washington Post contra el medio de comunicación independiente The Grayzone puede resumirse con su frase “La Primera Enmienda garantiza el derecho a la libertad de expresión incluso a los estadounidenses que se cree que difunden propaganda extranjera. Pero…”
Todo el asunto está diseñado para fabricar apoyo a la persecución penal de periodistas estadounidenses disidentes sobre la base de que violaron las sanciones de EEUU al trabajar para medios de comunicación iraníes hace años, y para dar al lector la falsa impresión de que The Grayzone está financiado por Estados extranjeros sin avanzar realmente en la afirmación y comerse una demanda por difamación.
Y el golpe de efecto ha surtido el efecto deseado: hoy se puede ver a apologistas profesionales del imperio por todo Twitter promoviendo la falsa afirmación de que The Grayzone está financiado por Irán y Rusia. Los guerreros de la información del imperio tienen ahora un arma más que pueden utilizar para debilitar la confianza del público en el periodismo disidente cada vez que presenta una narrativa inconveniente.
Todo porque algunos miembros del personal de Grayzone colaboraron en el pasado con medios de comunicación extranjeros, lo que sólo ocurrió porque no hay grandes medios de comunicación occidentales que sirvan de plataforma a voces disidentes como las suyas que critican al imperio occidental y sus acciones. Estas personas son perseguidas por no estar de acuerdo con su gobierno. Así de sencillo.
El Washington Post es uno de los peores periódicos de propaganda que jamás haya existido en ningún país. Si yo hubiera publicado un artículo así para un medio de propaganda del imperio tan depravado, no podría dormir por la noche.
Visiones sobre el mundo
Los demócratas están pidiendo seriamente a la gente que crea que el segundo mandato de Trump sería mucho-mucho peor que su primer mandato, pero que el segundo mandato de Biden no lo sería.
Las cosas se aclaran mucho más cuando entiendes que el imperio de EEUU no es un gobierno nacional que resulta que dirige un montón de operaciones militares mundiales, es una operación militar mundial que resulta que dirige un gobierno nacional.
Una forma de verlo es que todo lo que te enseñaron en la escuela sobre tu nación, tu gobierno, tu sociedad y tu mundo es cierto, y que tus medios de comunicación nunca te mentirían. Que el mundo es un desastre sólo porque la gente sigue votando a los líderes políticos equivocados y tomando malas decisiones personales. Esta es la visión consensuada de la corriente dominante.
Otra forma de verlo es que el mundo es un desastre porque estamos gobernados por una alianza transnacional de plutócratas y agencias gubernamentales secretas que utilizan a los gobiernos como herramientas para avanzar en sus agendas de poder global, ocultando su gobierno tras la propaganda y la ilusión de la democracia. Nos llevan a una guerra sin fin, a la explotación, al ecocidio y a la guerra nuclear porque un puñado de sociópatas creen que su riqueza y su poder son más importantes que la vida humana, una sociedad sana y un planeta sano.
Otra forma de verlo es que, en realidad, nadie está al mando: que el yo separado es una alucinación causada por un fallo en la cognición humana, que el organismo humano es un torbellino de patrones de condicionamiento que está inseparablemente entretejido con el mundo material, que el libre albedrío es un cuento de hadas que nos hemos contado a nosotros mismos y que los oligarcas y los gestores de imperios son sólo la punta de un carámbano que cae a la tierra, actuando de acuerdo con su propio condicionamiento inconsciente sin ninguna agencia real o control propio, como todos los demás. Que el mundo es un desastre debido a un despliegue de patrones de condicionamiento cuyos orígenes se remontan a los albores de la vida en este planeta.
Otra forma de verlo es que el mundo es un desastre porque los humanos estamos en una fase de transición evolutiva en la que nuestros cerebros recién evolucionados aún no han madurado su capacidad de pensamiento abstracto. Que parecemos torpes y tontos en este momento de la misma manera que los pájaros probablemente parecían torpes y tontos en algún momento antes de que esa clase de vida animal consiguiera volar. Que la única razón por la que podemos dejarnos azotar por la propaganda y convencernos de que consintamos sistemas basados en la competencia que están provocando guerras y destruyendo nuestra biosfera es porque nuestra relación inmadura con el pensamiento nos hace aferrarnos a narrativas mentales por miedo y deseo de seguridad. Y que un día nos adaptaremos más allá de la forma disfuncional en que creamos egos psicológicos y agendas egoístas y nos convertiremos en una especie plenamente consciente, momento en el que será imposible propagandizarnos y empezaremos a movernos en armonía con la vida terrestre en lugar de en competencia con ella.
Otra forma de verlo es que el universo intenta contemplarse a sí mismo. Que el amanecer de la vida en este planeta permitió al universo experimentarse a sí mismo con los órganos de los sentidos, que la llegada de la humanidad le permitió pensar y aprender sobre sí mismo, que la llegada de la ciencia humana le ha permitido profundizar cada vez más en sí mismo con más y más detalle, que la llegada de las disciplinas internas le ha permitido llevar la consciencia a los funcionamientos antes invisibles de la psicología humana, y que la llegada del periodismo y de internet le ha permitido ver aspectos de la dinámica social y de las estructuras de poder que antes tenían muy poca luz. Que el mundo es un caos sólo porque aún queda mucho por ver: en términos de conocimiento tecnológico, en términos de conocimiento sociopolítico y en términos de conocimiento psicológico colectivo.
Cuanto más nos adentramos en la madriguera del conejo, menos espacio encontramos para la culpa y el odio, y más inocente parece todo en última instancia. Esto no contradice el hecho obvio de que hay personas en este mundo cuyo comportamiento es muy destructivo y que deben ser inmovilizadas por la seguridad de todos los demás, sólo significa que hay una inocencia innata subyacente a todo ello. Una inocencia que seguirá ahí aunque nos aniquilemos y nos llevemos con nosotros toda la vida terrestre.
El ser humano es un animal profundamente bello, independientemente de cómo se desarrolle esta aventura, o de cuánto tiempo le quede antes de terminar.