Saint George, Grenada. Por Jesse Ferrell, AccuWeather
Las islas siguen pareciendo una zona catastrófica un mes después del huracán Beryl. Un avión cazatormentas regresa y la visión es la de una zona de desastre con una larga y dolorosa recuperación por delante.
Un mes después de que el huracán Beryl arrasara el Caribe, las hojas empiezan a reaparecer en los árboles de Carriacou, en lo que parece una señal de esperanza.
La isla, una de las tres principales que forman la nación de Granada, fue devastada por el huracán Beryl el 1 de julio. Según ReliefWeb, un asombroso 97% de las viviendas y empresas y el 100% del suministro eléctrico y las telecomunicaciones de Carriacou y Petite Martinique, una isla más pequeña, quedaron destruidos.
Desde el aire, Carriacou sigue pareciendo una zona catastrófica casi un mes después de la poderosa tormenta.
El cazatormentas Brandon Clement, que informó sobre el huracán Beryl desde Carriacou hasta su posterior llegada a Texas, regresó a las islas en barco el 29 de julio para ver cómo avanzaba la recuperación de la isla, y envió su dron para grabar las escenas.
“La respuesta de ayuda fue rápida inmediatamente después de la tormenta”, afirma Clement. “Pero luego, después de que el huracán azotara también Jamaica, México y Texas, la gente se olvidó de Granada”, relata con tristeza.
La destrucción sigue siendo visible por todas partes. El dron reveló docenas de tejados desaparecidos, algunos sin lonas para cubrirlos. Los barcos siguen estrellados y enredados en tierra.
Desde el punto de vista logístico, es difícil llevar ayuda a la pequeña isla de Carriacou, explica Clement. El aeropuerto de la isla quedó destruido, por lo que sólo quedan barcos para llevar suministros de recuperación y reconstrucción.
En las islas más pequeñas, la situación es más desesperada. “Petit Martinique es otro mundo de necesidades. Están en muy mal estado”, dijo Clement.
Aunque las carreteras han sido despejadas, todavía hay montones de escombros en las calles, dijo un vecino a Clement. Aunque los residentes planean reconstruir, han aprendido la lección de las prácticas de construcción deficientes y reconocen la necesidad de reconstruir mejor.
“Necesito una pared, un tejado, como un refugio antiaéreo”, dijo a Clement un residente de Petite Martinique. “Nada de [chapas] galvanizadas otra vez… así, si vuelve a pasar algo así, te sientes más cómodo, más seguro”.
La compañía eléctrica nacional afirma que ya se ha restablecido todo el suministro en la isla principal, pero otras islas del Caribe están enviando trabajadores del sector eléctrico para ayudar a las islas más pequeñas de Granada.
El restablecimiento de la electricidad en Carriacou puede llevar otros tres o cuatro meses. Los trabajadores eléctricos aún no han llegado a Petite Martinique.
El 20 de julio, el gobierno anunció que cada hogar tendría derecho a recibir dos barriles de alimentos, ropa y artículos importados a la nación insular “libres de aranceles, impuestos y tasas”.
El huracán Beryl también causó estragos en los negocios de Carriacou. La mayoría de los barcos pesqueros –el 90%, según ReliefWeb– pertenecían a pescadores que no tenían seguro.
En tierra, los agricultores, que ya sufrían una grave sequía este verano, perdieron lo poco que les quedaba. Un granjero dijo a Clement que habían perdido la mitad de sus ovejas en la tormenta; otro dijo que perros callejeros hambrientos atacaban a sus cabras para alimentarse.
Una empresaria de la zona que acababa de abrir su bar y restaurante el pasado mes de octubre dijo que el negocio estaba en auge antes de que Beryl lo arrasara. “La gente tiene que empezar de cero. No somos ricos, ya sabes, somos pobres, pero aún tenemos nuestras vidas”, expresa resignada.
(*) Jesse Ferrell es meteorólogo y redactor jefe de meteorología de AccuWeather