Varias capitales. Agencias
La ofensiva de las Fuerzas de Defensa de Israel contra Gaza se está intensificando, con 320 ataques en las últimas 24 horas, el triple que en jornadas anteriores, ha advertido este martes Naciones Unidas.
En la decimoctava jornada de implacables bombardeos contra Palestina, la noche del lunes ha sido de las peores noches para los civiles del norte y del sur de Gaza. Hasta la mañana del martes, el Ministerio de Salud de Palestina ha contado solamente en el sur de la franja 436 cadáveres a causa de los bombardeos israelíes este lunes, especialmente durante la madrugada. Centenares más resultaron heridas en masacres cometidas por los ataques de la ocupación israelí.
Un vocero militar israelí confirmó que en las últimas horas, “las fuerzas de Defensa de Israel atacaron más de 400 objetivos”, al asegurar que las tropas realizaron “una operación a gran escala”.
El Ministerio de Salud palestino elevó el martes a 5,791 la cifra de muertos palestinos por los continuos bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza. Del total de víctimas mortales hay 2,360 niños que fueron asesinados. Asimismo, 12 hospitales y 32 centros de salud quedaron fuera de servicio debido a los ataques israelíes, mientras otros centros hospitalarios están amenazados con cerrarse por falta de combustible.
En total, el ejército de ocupación israelí cometió 47 masacres contra familias palestinas durante las últimas horas, cobrando la vida de 704 personas, denunció el martes el Ministerio de Salud palestino. La mayoría de ellas fallecieron en la zona sur de la Franja, el área más densamente poblada del territorio, después de que Israel urgiese el desplazamiento forzoso de toda la población civil del norte. Ahora el sur se ha convertido en una trampa mortal para las familias palestinas que obedecieron a los ocupantes.
En la noche del lunes al martes, Israel ha bombardeado un edificio de cuatro plantas en la ciudad de Jan Younis, en el sur, donde se habían refugiado residentes de la ciudad de Gaza. Al menos 32 personas han fallecido y muchas más están heridas, según la agencia de noticias AP.
Entre las víctimas mortales, hay 13 de la familia Saqallah, tal y como ha asegurado uno de sus parientes que ha sobrevivido. “Estaban refugiados en nuestra casa porque pensamos que esta zona sería segura, pero evidentemente no hay ningún lugar seguro en Gaza”, ha lamentado el hombre.
En el hospital de Rafah, también en el sur de Gaza, un padre llamado, Ayman Abu Shamalah, rompe en llanto frente a la incubadora donde se encuentra su hija, recién nacida por cesárea del vientre sin vida de su madre. El bombardeo también mató a sus dos hijos, de tres y nueve años, el día en que precisamente celebraban su cumpleaños. “Cada año este será un día muy difícil para mí”, dice el padre.
Los vecinos y desplazados de Rafah, en el atestado sur de la Franja de Gaza, dormían cuando un nuevo bombardeo los despertó. “Nos desplazaron de Tal al Hawa a Rafah a petición del ejército israelí, y esto es lo que nos ha pasado”, decía un hombre palestino en declaraciones recogidas por Al Jazeera. “Mi hijo es un mártir de tres meses”, añadía el hombre, cuyo bebé acababa de fallecer en la vivienda, ahora teñida de gris y convertida en escombros. Pensó que estarían más seguros si cumplían la directriz de las tropas de ocupación de abandonar el norte del territorio, pero no fue así.
Bloques de viviendas completos han sido destruidos a lo largo de la Franja, incluidas aquellas zonas donde las fuerzas de ocupación habían ordenado marcharse a los palestinos. Entre ellos se encuentra el bombardeo que afectó a varias casas en el barrio residencial de El Geneina de la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, donde murieron al menos 18 palestinos, según el Ministerio del Interior en el enclave.
“Estábamos durmiendo y, de repente, hubo un bombardeo”, ha contado un niño a Al Jazeera en las proximidades del lugar donde afectó el ataque. “No teníamos nada que ver con Hamas”, ha lamentado el pequeño.
También en Jan Younis, un misil israelí ha caído en una gasolinera, donde se encontraban desplazados de otra zona de la ciudad, la más grande del sur de Gaza. Según residentes de la zona, citados por Reuters, siete personas fallecieron. “Esta es una gasolinera y hay paneles solares, así que la gente vino a cargar sus aparatos [electrónicos] y a coger agua”, ha explicado Abdalá Abu Al Atta, que vive cerca de la gasolinera.
Además de los ataques registrados en el sur, 70 personas murieron durante la noche del lunes en bombardeos del campo de refugiados densamente poblado de Jabalia, así como en los alrededores de dos hospitales en la ciudad de Gaza.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denuncia el asesinato de miles de civiles en la Franja de Gaza, entre ellos 35 miembros de la UNRWA.
“Miles de civiles han perdido la vida en medio de la violencia en Oriente Próximo. Entre ellos, 35 de nuestros empleados de la UNRWA (trabajadores humanitarios y profesores) han sido asesinados en Gaza desde el 7 de octubre. Lamentamos estas pérdidas y apoyamos a nuestros compañeros que hacen todo lo posible para ayudar a los necesitados”, ha subrayado este martes Guterres en su cuenta de la red social X (antes Twitter).
La declaración de Guterres llega luego de que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) anunciara el lunes la muerte de seis de sus integrantes, por lo que el número de las pérdidas que ha sufrido esta entidad por los ataques brutales de Israel contra Gaza asciende a 35 personas.
En las últimas 24 horas, dos instalaciones de la UNRWA han sido blanco de los ataques israelíes en el enclave costero, de modo que el número total de los centros atacados llega a 40 desde el inicio de los conflictos el 7 de octubre.
Según el organismo, hasta ahora, unos 600 mil gazatíes desplazados están refugiados en sus instalaciones, 420 mil de ellos en 90 campos instalados en Rafah y Jan Yunis.
Dos tercios de los hospitales y un tercio de las clínicas en la franja palestina de Gaza han detenido sus operaciones, ha advertido este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha alertado de la enorme presión sanitaria que sufre ese. “Tememos un aumento de las tasas de mortalidad en personas con enfermedades crónicas”, ha alertado el director de emergencias de la OMS para Oriente Medio, Rick Brennan.
La Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluyendo Jerusalén Este e Israel, dijo en un informe que “los daños y las víctimas causados por los ataques israelíes” contra Gaza “no eran proporcionales a la ventaja militar y por lo tanto las acciones constituyen un crimen de guerra”, añadió.
Niños temblando de miedo por las bombas israelíes, cuerpos envueltos en sábanas blancas, destrucción, los ciudadanos de Estados Unidos observan hoy por la TV, como la noticia del día, el genocidio de Israel en Gaza.
El emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, ha condenado este martes que “ya es suficiente” e “insostenible” que a Israel “se le dé luz verde incondicional y licencia libre para matar” tras entrar en la tercera semana de conflicto con Hamás y el bombardeo incesante contra la Franja de Gaza, que se ha cobrado la vida de miles de civiles. “No es sostenible que siga ignorando la realidad de la ocupación, el asedio y los asentamientos”, ha subrayado.
El presidente Joe Biden hizo de su mensaje a la nación la semana pasada, un día después del abrazo y apretón de manos al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Tel Aviv, una tribuna para hacer entender a los estadounidenses la necesidad de continuar el apoyo a Israel. Pero muchos no quieren que continúe esa narrativa.
Una reciente encuesta reveló que el 66 por ciento de los estadounidenses están pidiendo un cese al fuego en la asediada Franja de Gaza.
A veces las matrices en los medios estadounidenses hasta confunden. Entre las imágenes del terror emergen las historias de la población civil israelí, de las dos cautivas liberadas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas). Nadie pregunta quién rescata a los palestinos.
La representante Ilhan Omar (demócrata de Minnesota) y su colega Rashida Tlaib (de Michigan), las dos únicas mujeres musulmanas en el Congreso, han criticado abiertamente el trato que Israel da a los palestinos.
Según un asistente demócrata, las dos congresistas Omar y Tlaib y otros que han criticado a Israel, fueron informados por la Policía del Capitolio federal y el Sargento de Armas de la Cámara de Representantes sobre posibles amenazas.
“No puedo creer que tenga que rogar a mi país y a mis colegas que valoren cada vida humana, sin importar su fe o etnia”, escribió Tlaib en una publicación en X.
Israel, que ya era el mayor receptor de asistencia militar estadounidense, recibió en los últimos días las llamadas “bombas inteligentes” y otras armas.
La semana pasada un funcionario del Departamento de Estado anunció su renuncia porque afirmó no poder trabajar “en apoyo de un conjunto de decisiones políticas importantes, incluido enviar más armas a un lado del conflicto”.
Para Josh Paul esas disposiciones son “miopes, destructivas, injustas y contradictorias con los mismos valores que defendemos públicamente”.
El funcionario, quien pasó 11 años como director de asuntos públicos y del Congreso de la Oficina de Asuntos Políticos-Militares del Departamento de Estado, escribió en su carta de dimisión que la postura actual de Washington contradice lo que le enseñaron a respaldar incondicionalmente.
Estados Unidos proclama su defensa de “un mundo construido alrededor de un orden basado en reglas, un mundo que promueva tanto la igualdad como la equidad, y un mundo cuyo arco de la historia se incline hacia la promesa de libertad y justicia para todos”, señaló Paul al expresar su frustración.
“Décadas de este mismo enfoque han demostrado que la seguridad para la paz no conduce ni a la seguridad ni a la paz”, escribió al advertir su temor de “que estamos repitiendo los mismos errores que hemos cometido en las últimas décadas, y me niego a ser parte por más tiempo”.