Otto de la Rocha, el más importante cantautor de música nicaragüense de los últimos 70 años, ha fallecido la tarde del lunes en un hospital capitalino, víctima de una larga enfermedad contra la cual luchó denodadamente.
Dueño de un talento natural para componer música autóctona nicaragüense, de un sentido del humor prodigioso y de una voz portentosa que conservó intacta a lo largo de sus 87 años de vida, actor polifacético, ingenio humorístico natural y radialista desde los 15 años, Otto de la Rocha ha hecho aportes decisivos a la cultura popular nicaragüense a tal grado, que sus canciones y sus legendarios programas humorísticos de La Palomita Mensajera en La Nueva Radio Ya, forman parte del léxico popular nicaragüense.
“Otto que nos acompañó siempre, que nos seguirá acompañando porque creemos en la vida eterna, cuatro años durísimos fueron los últimos años de su vida. ¡Cómo nos acompaña Otto y su música, en todos los tiempos! Un patrimonio de las familias nicaragüenses, del pueblo, de la cultura popular, un patrimonio de todos. Tanto que lo hemos querido, tanto que le debemos y tanto que va a trascender del maestro de la cultura y de la música popular Otto de la Rocha”, expresó conmovida la Vicepresidenta de la República Rosario Murillo, durante una alocución especial a través del Canal 4 de televisión.
Otto Benjamín nació en Jinotega el 23 de agosto de 1933, hijo de Benjamín de la Rocha y Graciela López. Nunca estudió música, aprendió a tocar guitarra con su abuelo Juan Fajardo y emigró a los 13 años a Managua, en busca de mejor vida y de una oportunidad para demostrar su talento artístico.
Finalmente dio a conocerse en la desaparecida radioemisora “La Voz de la Victoria cuando apenas tenía 15 años, hacia 1948. Otto logró participar en un programa para cantantes aficionados que dirigía el ya desaparecido bachiller Oscar Pérez Valdivia,
Después formó parte del Trío Monimbó, conoció a Camilo Zapata (el creador del son nicaragüense) y se abrió paso a punta de talento en el difícil escenario artístico y radial de la época.
A finales de los años 60, el dueño de Radio Corporación quedó cautivado por su exquisita voz y le ofreció ingresar a la cuadro de actores que en aquellos años iniciaba la difusión de un programa de cuentos costumbristas llamado Pancho Madrigal. Otto asumió el rol principal y la narración.
Otto fue creando personajes muy queridos en Nicaragua entre los que sobresalen: Aniceto Prieto (un indito jodedor, como él mismo lo cataloga), el Indio Filomeno (protagonista de otro programa radial que incluso llegó a la televisión) y Filito, sin olvidar a la Chepona, el turco Mustafá, Policarpio Matute, entre otros.
El personaje Aniceto Prieto es el más querido y según decía él mismo, “el nombre tiene traducción a varios idiomas: ‘Anice Price’ en inglés, ‘Anicetof Prietovich’ en parruski, ‘Anicetè Prietuá en fransuá, ‘Anicetini Pietrochelini’ en italianini y Aniceto Prieto en chapiollo”.
La Guardia Somocista enjuició a Otto en tres ocasiones por el programa del “Indio Filomeno”. Otto se defendió explicando que su programa no expresaba situaciones políticas ni retrataba personajes de la época. Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, Otto explicó que “yo decía «Sodoma y Gomorra», entiéndase Somoza, entonces el coronel a cargo de enjuiciarme me llamaba antes y me decía: «No creás que somos estúpidos, porque nosotros sabemos bien a quiénes te referís, y sabemos que ponés mal a la Guardia»”.
Recuerda que en Radio “Corporación” tuvo con Carlos Mejía Godoy el programa “Corporito” y “…ahí sí el coronel me multó y como Carlos era el dueño del programa, a él le cayó la primera multa en 1965”. La multa fue de diez mil córdobas (1,428 dólares de los Estados Unidos en ese entonces), multa que la ciudadanía ayudó a pagar por el cariño que le tenían a los personajes e intérpretes.
Luego del triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, creó un programa llamado “El tronco de los mensajeros” en la recién fundada “Radio Sandino” y además hacía un programa de orientación campesina para la agricultura.
En 1982 pasó a la emisora “Voz de Nicaragua” con los programas “La Palomita Mensajera” y “Lencho Catarrán”. En 1990 se traslada con sus programas a Radio “Ya”.
En el programa “Lencho Catarrán”, su esposa hace el papel de la “Lupita”, a quien su personaje Aniceto Prieto eternamente procura seducir. La “Lupita” aparece junto a él en los anuncios televisivos.
En lo musical, ha compuesto al menos 100 canciones, aunque no todas las ha grabado. En su repertorio solamente están unos 30 temas, entre los que destacan: “Una Canción”, “La Pelo’e Maiz”, “Managua, linda Managua”, “A Mi Mama”, “Primera Dama”, “Plutarco Malpaisillo”, “Soledad”, “El Peón”, “Pancho Madrigal”, “Lencho Catarrán” y “Amor Florecido”, entre otras.
Sobre sus canciones, Otto relató hace varios años:
“Mi primera canción fue el «Indio Jinotegano», después hice un bolerito que se llamaba «Mujer», pero la primera canción con mi estilo fue «Una canción», esa prácticamente es mi primera canción. Esto de las canciones es como los hijos. Todas son trozos de mi vida, son pequeñas historias de mi vida, a todas las quiero igual. Por ejemplo, “La pelo’e maíz”, la hice enamorado de una gringuita que estudiaba conmigo, éramos muy buenos amigos, pero nunca le dije nada. Se llamaba Adelina. «Managua, linda Managua» está inspirada en una muchacha. «La pipirindonga» está dedicada a otro amor. «Plutarco Malpaisillo», habla de un amigo. «Mi mama primera dama» se la hice a mi mamá una vez que ella se disgustó conmigo y se fue para Jinotega. «¿Cómo hago para convencer a mi mama?», me preguntaba, e hice la canción. La estrené en la televisión un Día de la Madre”.
Contrajo matrimonio en tres oportunidades, su esposa de los últimos 35 años ha sido la actriz radial Georgina Valdivia, que caracterizaba a Lupita, la novia eterna de Aniceto Prieto. De sus tres matrimonios han nacido 10 hijos.
Algunos de sus temas musicales han trascendido a nivel internacional, ejemplo de esto es el tema “Una Canción” en el álbum del mismo nombre grabado por la cubana Elsa Baeza en el año 1978 y con el cual ésta ganó un disco de oro en España; sin embargo, no se reconocieron los derechos de autor a Otto.
Entre los reconocimientos Otto de la Rocha fue el primer artista nicaragüense que recibió la Medalla de oro OMPI, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual; también recibió la medalla “Orgullo de mi país”, la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío, la Orden Salvador Cardenal, de la Alcaldía de Managua; la Orden “General José Dolores Estrada, Batalla de San Jacinto en Grado Gran Cruz”, de la Asamblea Nacional, y es Hijo Dilecto de Managua.