Managua. Por Rosario Murillo (*), Vicepresidenta de Nicaragua.
Orgullosos, contentos, reivindicados. De verdad nos sentimos no solo orgullosos, no solo luchadores, no solo vencedores, sino también lleno el corazón porque el abuso que se cometió con Camilo, un muchacho que todo el mundo quería, además un combatiente heroico, ejemplar y de un carácter dulce, una condición extraordinaria como ser humano y cómo se le mancilló. Mancillándolo a él se mancilló a todo el heroico pueblo nicaragüense.
Y hoy ha sido reivindicado para el honor y la gloria, qué es lo que merecen nuestros hermanos, luchadores y vencedores y todo el pueblo de Nicaragua que es heroico, que es digno y que sabe de lucha y de honor.
Y en medio de esta lluvia que nos cayó, en medio de estos días que son de vencimiento, porque nosotros sentimos, seguros de la bendición de Dios, que vamos adelante enfrentando con arrojo, con valor, con amor todos los desafíos.
Por eso es que sabemos que contamos con esa guía, la guía aluminosa del Padre celestial que sabe que este es un pueblo que merece lo mejor, que merece derrotar la pobreza, así como hemos derrotado a todos los que han querido insultarnos, agraviarnos y los que han venido a matar.
Un pueblo como el nuestro merece un lugar especial, ya lo tenemos pero cada vez más subrayado en la historia y en la memoria de las luchas victoriosas de los pueblos del mundo.
Nos sentimos, decíamos, contentos, orgullosos. Sabemos que hay Patria, sabemos que hay amor patrio, sabemos que hay también dignidad y decoro nacional como nos enseñó Sandino.
Sabemos que en esta Nicaragua nuestra, cada paso que damos vamos adelante y vamos construyendo el futuro, el porvenir desde un presente que ya es mejor. ¿Gracias a qué? A la fortaleza del pueblo nicaragüense. Al trabajo dedicado, abnegado del pueblo nicaragüense. Gracias a que bendecimos todos los días, oramos todos los días, alabamos todos los días, al Dios de todas la victorias. Resguardados, fortalecidos, acompañados por el Padre celestial en cada momento de nuestras vidas.
Nos convocamos e invocamos cada mañana, cada noche, en cada instante a ese Padre celestial que nos da la fuerza para seguir invictos, porque somos un pueblo invicto, luchador y victorioso, triunfal y eso se lo debemos a esa fuerza de espíritu que Dios nos da cada día.
Así que este día es histórico, es memorable, es grandioso y es lo que nuestro pueblo merece.
Todos estos compañeros que hoy han sido reconocidos con la máxima condecoración de este Pueblo Presidente, este Estado del Pueblo Presidente, nos representan a todos. En el alma, el orgullo, el corazón nicaragüense se siente hoy restituido, porque no sólo se reparó una afrenta histórica, sino que también se reconoció a una representación de los mejores y valientes hijos e hijas de Sandino, que al día de hoy mantienen esa firmeza que caracteriza al sandinismo, al pueblo sandinista. Constancia, firmeza, condición inclaudicable.
Patria Libre, decimos. ¡Patria Libre! ¡Vencer o Morir!
Pero para nosotros dar la vida por el pueblo es vivir. Patria Libre y vamos adelante en vida verdadera. En luz, en verdad, en verdad vida verdadera. Luz, vida y verdad.
Sandino vive, aquí los sentimos, Sandino vive y las luchas siguen para alcanzar nuevas victorias. Vamos por más victorias para el pueblo nicaragüense, para las familias nicaragüenses, para la juventud que es la esperanza de todos.
(*) Declaraciones al concluir el acto para celebrar el inicio de la Ofensiva Final insurreccional que culminó con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista.