New York. Agencias.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido este lunes convocado por Rusia, tras el bombardeo perpetrado el domingo por las Fuerzas Armadas ucranianas a un mercado de la ciudad rusa de Donetsk, en Donbass, que dejó 27 muertos y varios heridos. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha participado en la reunión.
El canciller ruso destacó que “el factor clave que obstaculiza la búsqueda de formas que resuelvan pacíficamente la crisis ucraniana es el continuo apoyo de Occidente al régimen de Kiev, a pesar de su evidente agonía e incapacidad” para obedecer la orden de “infligir una derrota estratégica a Rusia” o al menos debilitarla.
Al recibir armamento occidental, las fuerzas ucranianas atacan deliberadamente infraestructura civil en Rusia, denunció Lavrov. “No les avergüenza en absoluto que sus armas, incluidas municiones de racimo y proyectiles con uranio empobrecido, de manera metódica, despiadada y deliberada”, sean empleadas contra objetivos exclusivamente civiles, manifestó.
Lavrov agregó que, al mismo tiempo, la mayoría de los países miembros de la Unión Europea “siguen cumpliendo obedientemente las órdenes de Washington” con respecto a los nuevos envíos de armas a Kiev, vaciando sus propios arsenales, que, “por supuesto, se repondrán con compras de productos al complejo militar-industrial estadounidense”. “Los europeos se verán obligados a encontrar dinero para ello”, señaló el ministro.
El jefe de la diplomacia rusa hizo hincapié en que “la sangre de decenas de civiles muertos está en las manos y en la conciencia de quienes arman al régimen de [el presidente ucraniano Vladímir] Zelenski y, al mismo tiempo, declaran oficialmente que las propias autoridades de Kiev tienen derecho a elegir los objetivos para los ataques”.
El ataque se efectuó con armas suministradas por Occidente, lo que demuestra su implicación en el conflicto y lo convierte en “cómplice de los actos criminales del régimen del [presidente ucraniano Vladímir] Zelenski, que demostró una vez más su inhumanidad y odio hacia las personas inocentes”, denunció la cancillería de Rusia. El bombardeo ocurrió a las 10:05 de la mañana (hora local), momento en que muchas personas suelen acudir al mercado para hacer sus compras.
“Rusia pide a todos los Gobiernos responsables y a las estructuras internacionales pertinentes que condenen enérgicamente este brutal atentado terrorista. Su silencio significará la aprobación tácita de la matanza de civiles y alentará a los neonazis ucranianos a cometer atrocidades aún más sangrientas”, reza el comunicado de la cancillería rusa.
Añade que se llevaron a cabo un total de seis ataques de artillería dirigidos contra lugares donde se congregaba la población, agregó. También atacaron otras las localidades de la república rusa como Górlovka, Makeyevka y el distrito de Yasinovatsky. En total, las fuerzas de Kiev lanzaron 27 rondas de disparos con 82 proyectiles de diferente tipo, empleando también un vehículo aéreo no tripulado.
En su comunicado del domingo, la cancillería rusa calificó el ataque de “bárbaro acto de terrorismo”, al tiempo que aseguró que todos los responsables “serán castigados inevitablemente”.
El canciller ruso apuntó que el interés económico de Estados Unidos y otros países occidentales por el conflicto ucraniano, está empezando a parecerse a “un rentable proyecto empresarial”. Lavrov recordó que, al hablar de “la continua asistencia” a Kiev, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró que se trata de “una garantía de creación de nuevos empleos en Estados Unidos”, y no la financiación de “una guerra que ya se ha cobrado cientos de miles de vidas en Ucrania”.
El ministro dio a conocer que la mayoría de las grandes fábricas y empresas ucranianas, incluidas las que se dedican a la producción de litio, fueron vendidas a los propios estadounidenses. “Las tierras fértiles” les fueron entregadas “en arrendamiento indefinido, como solemos decir, a un precio barato”, continuó.
“Uno de los ejemplos más llamativos es la recepción por parte de las estructuras de [George] Soros de suelos ‘chernozem’ [‘tierra negra’ en español, considerada una de las más fértiles para la agricultura] para el enterramiento de residuos de la industria química occidental”, expresó.
Por otro lado, Washington junto con sus aliados se está “deshaciendo de la chatarra vieja” en el conflicto en Ucrania, dijo Lavrov, haciendo referencia al armamento anticuado, mientras “el 90 por ciento del presupuesto militar asignado por los estadounidenses al régimen de Kiev permanece en Estados Unidos y se destina al desarrollo del sector militar-industrial del país y a la renovación de armas”.