Managua. Por Rosario Murillo (*), Vicepresidenta de Nicaragua.
Nos deseamos todos un gran año, bendecido, de verdad prosperado, de verdad victorioso, porque crezcamos en la comprensión del amor. El amor es grande, es potente, es lo más grande que existe, el amor es esa energía divina que todos tenemos dentro y que nos corresponde desarrollar, para seguir luchando con esperanza, y para seguir venciendo.
A todo nuestro pueblo, a todas las familias, en todos los hogares, deseamos salud, en primer lugar salud, que es lo que todos necesitamos para poder vibrar en sintonía con estos nuevos tiempos. Salud, vitalidad, amor en grande, comprensión de la vida en comunidad, en familia, en hogar, de la vida como pueblo de dios, con fe y confianza.
Porque todos somos hijos del mismo Padre, el Padre Celestial, que nos da esa vida en el amor, para que la asumamos como corresponde. Somos todos hijos del mismo Padre, de la misma madre, y nos queremos, caminando en paz y bien, caminando con trabajo, seguridad, en trabajo, seguridad, y voluntad y compromiso de mejorar nuestras vidas, de prosperar, de ir ¡”Siempre Más Allá”!
Nos deseamos todos, en el abrazo fraternal y familiar de año nuevo, que este 2024 nos fortalezca ese corazón que debe llenarse de amor; nos fortalezca en sabiduría, que quiere decir, comprender el verdadero sentido de la vida, que es precisamente, ser capaces de convivir compartiendo, en solidaridad y comunidad.
Nos deseamos lo mejor. Vida en el amor, vida en concordia, vida con salud, vida con confianza y esperanza, vida en luz, vida, repetimos el término vida que es todo, y verdad. Y vamos adelante, y nuestro corazón se fortalece cada día en fe, esa fe que es nuestra, que nos pertenece a cada uno, que nadie nos dicta, sólo Dios Nuestro Señor.
Y la fe no se acomoda a las ambiciones personales de algunos, o de quienes creen que la fe es la respuesta a su ambición personal, acomodar la vida a sus designios, que no son divinos, son terriblemente humanos, y muchísimas veces son designios que hemos conocido como diabólicos, designios que no se pueden comprender en buena voluntad, que no se pueden comprender cumpliendo la voluntad de Dios, las leyes, los mandamientos de Dios Nuestro Señor, que nos mandata al amor, a amarnos los unos a los otros. No desear el mal a nadie.
¿Cómo podemos creer en personajes que destilan maldad? ¿Cómo podemos creer en personajes cuyos vozarrones hablan de codicia, de envidia, de egoísmo, de maldad? Cómo podemos creer que puedan ser representantes de Dios en la Tierra…? Porque Dios es bueno, y Dios es misericordioso, y Dios es lo más potente, lo excelso, lo divino; y las expresiones de algunos que vemos, con las caras conocidas, caras de destrucción, de demolición, y sobre todo de farsa, de engaño, de fraude.
Ese no es el rostro de Jesús, y no es el rostro de Dios, ¡no es el santo rostro de Dios! Son rasgos que más tienen que ver con los vicios y los pecados capitales, la envidia, el egoísmo, el afán de protagonismo, que es egoísmo, que es envidia, la codicia, y sobre todo, el desear el mal al prójimo y a un pueblo entero! Un pueblo entero que cree, y que crea, porque cree en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. ¡Y vamos adelante, compañeros!
Siempre decimos “Gracias a Dios, porque de él depende todo, de esa energía universal, mística, misteriosa, esa energía portentosa que es la voluntad de Dios.
Carreteras, caminos, puentes; ferias de salud todos los fines de semana, y ferias especializadas; el año en educación de calidad que crece, se multiplica, llega a todas partes; el año en fortalecimiento de valores, en la juventud que avanza, que camina, que puede realizar sus sueños, que protagoniza este proyecto cristiano, socialista y solidario.
¡Cuántas cosas! ¡Cuánto podemos hablar de lo que Dios nos inspira, nos ilumina, nos guía, fortalezas de un modelo cristiano, socialista y solidario! Y este es un año para caminar ese modelo, para ir realizando ese modelo, y para sentirnos bien, porque tratamos todos de hacer el bien, sin mirar a quién, y para hacer las cosas mejor, porque tenemos la fuerza de la esperanza, la fuerza de los ideales, de los valores, de una cultura de familia, de solidaridad, de hermandad, de fraternidad. ¡La fuerza de la victoria, del triunfo del amor!
Muchas felicidades en este nuevo año, un año para cumplir más aspiraciones, deseos, sueños, de las familias nicaragüenses, para avanzar juntos, porque juntos somos las victorias que todos queremos, para un país como el nuestro, para un país como el nuestro, cristiano, de hermandad, socialista, de progreso, de prosperidad, solidario, de amor al prójimo.
(*) Extractos de sus declaraciones al mediodía del martes 2 de enero, a través de Multinoticias, Canal 4 de televisión.