Managua. Por Rosario Murillo (*), Vicepresidenta de Nicaragua.
Tenemos muchas buenas nuevas, pero la principal buenísima nueva es la celebración nacional del Día de las Madres, y queremos decirles nuevamente, Daniel, yo, todos nuestros hijos y nietos, que las queremos y nos queremos tanto.
Cuánto nos sentimos de bendecidos por tener, en nuestra Nicaragua, madres tayacanas, madres penconas decimos nosotros. ¡Porque somos penconas! ¡Cómo trabajamos, y cómo atendemos a nuestras familias y a nuestros hijos! Madres luchadoras y madres triunfadoras.
Tan orgullosos que nos sentimos de esta Nicaragua nuestra, donde el ser humano mujer y el ser humano madre es especial. ¡Somos especiales!
Queremos hoy desear lo mejor, para hoy, y para siempre. Y el mejor regalo que dios nos da a todas las madres nicaragüenses, y a todas las familias, y a todos los hijos, es la paz. Esta paz que celebramos en grande, que custodiamos, que resguardamos, que cuidamos, como debe ser. Porque es el fundamento de todo lo que hacemos, y el fundamento de todas estas rutas, senderos, caminos, de encuentro con Dios, en la restitución de nuestros derechos de pueblo grande. Pueblo cristiano, socialista, solidario. Madres cristianas, socialistas, solidarias. Madres que nos dan vida, damos vida, que nos dan luz, damos luz, somos luz, que somos verdades verdaderas, y la principal, sabemos todos, es la paz.
Nos sentimos contentos, nos sentimos bendecidos, nos sentimos tranquilos, nos sentimos seguros, porque vivimos en paz. Y esa es la gracia, la gracia de Dios, que se derrama sobre todas las familias nicaragüenses, sobre nuestro pueblo, y en particular, sobre las madres, que somos vidas y esperanza, cantos de vida y esperanza.
Amor Invicto, amor que no termina, amor incondicional, ese es el amor de madre. amor que nada teme, porque es amor de Dios, y amor a Dios, el que tenemos las madres nicaragüenses. Nada teme. Todo puede, y todo vence.
Abrazos grandes, hermanas madres de nuestra Nicaragua gloriosa, honrosa, orgullosa y victoriosa. y que estemos contentas con nuestras familias, con nuestros hijos, con nuestros nietos, también en la comunidad, y que celebremos juntos, y que alabemos a Dios nuestro Señor, y agradezcamos que hemos sido capaces de restablecer la paz y el bien, el amor reinando sobre todas las cosas. Amor a Dios, y amor entre nosotros.
Y que hemos sido capaces de construir, en cada momento de nuestra Historia, no sólo los Triunfos necesarios, sino, desde entonces, un lejano entonces, hasta este ahora, hemos sido capaces de vencer todo lo que se interpone entre los buenos sentimientos, la buena esperanza, el buen corazón. hemos sido capaces de vencer y de ir adelante, de siempre ver ese horizonte que nos pertenece, estas tierras sagradas que respetamos, y hacemos respetar, porque nos pertenecen.
Y bueno, nos sentimos, repito, llenos, nos sentimos contentos, alegres, y sobre todo, sabemos que en cada familia y en cada hogar hay un festejo, estemos o no con nuestras madres, porque pueden estar ya en otro plano de vida, o en otros lugares del mundo. Pero somos capaces de amar y somos capaces de vencer, con amor de madre, amor invicto, amor triunfador.
¡Madres vencedoras! ¡madres de canto, de vida, de esperanza!
Abrazos enormes a todas. Nuestros Comandante Daniel, y todos nosotros, nos sentimos juntos, estamos juntos. En cada hogar ahí está la presencia de este Gobierno del Pueblo-Presidente, que se propone, con el concurso de todos, seguir cambiando Nicaragua para mejor. Para que cada día crezca, no sólo la esperanza o el optimismo, sino la fuerza y la fortaleza del gran espíritu nicaragüense, que sabe de luchas, sabemos de luchas, sabemos de victorias, sabemos de gloria, sabemos de honor. Ese gran espíritu que es amor y todos los días se irradia en todas partes de nuestro sagrado territorio.
Abrazos grandes y que estemos contentos, bendiciendo a Dios, en ese amor que es más grande que todas las cosas.
(*) Alocución del mediodía del 30 de mayo a través de Multinoticias canal 4 de televisión.