El general en retiro Omar Halleslevens y exvicepresidente de la república destacó este miércoles los hechos en el Día de la Alegría y los 40 años del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
El ex jefe del Ejército resaltó diversos aspectos de la lucha de liberación y subrayó que Sandino, asesinado por el somocismo, es un estratega y un luchador antiimperialista no solo de nuestro país, sino de Latinoamérica.
Halleslevens participó en el asalto a la Casa del funcionario somocista Chema Castillo, acción militar del FSLN que permitió la liberación de connotados miembros de la Dirección Nacional sandinista.
Subrayó el periodo de acumulación de fuerzas y el rompimiento del silencio de la agrupación sandinista, que desencadenó una serie de acciones militares que llevaron al derrocamiento de la dictadura somocista.
Entre los liberados por esas acciones militares estaba el actual presidente de Nicaragua, comandante Daniel Ortega y otros destacados miembros del directorio sandinista.
“La guardia se sentía omnipotente en el país, actuaba en el campo y en las ciudades, y llegar a eso, que por primera se sienta y cedan a los pedimentos que se hacen, es el primer golpe medular a lo que fue Somoza y al final cedieron, los presos sandinistas salieron libres”, añadió.
La lucha también permitió la recuperación económica para la lucha sandinista y la publicación en los medios de comunicación del país, de comunicados del Frente Sandinista denunciando la barbarie somocista, en todos los niveles, por primera vez en la historia.
“Que Somoza por primera vez en la historia haya tenido que reconocer la existencia de un FSLN que actuaba en Managua y otros puntos del país y que tenía que rendir su rey, porque la guardia aseguraba que al sandinismo lo habían aniquilado”, señaló Halleslevens.
Sobre los grupos armados que actuaron en esa época, Halleslevens dijo que eran comandos que no tenían retirada, “o se cumplía o se cumplía”.
Añadió que a partir del 75 se da una sostenibilidad, es importante en mantener esa sostenibilidad desde el 76, porque aunque la guardia golpeaba, se integraban más y más combatientes al sandinismo.
“Así caemos al 77 cuando hay otra expresión más cualitativa con ataques a San Carlos, Masaya, el asalto al Palacio Nacional. Nicaragua efervescente luchando, el pueblo en pie de lucha y el FSLN más cohesionado”, reflexionó el general en retiro.
“Sabíamos que íbamos a triunfar, a esas alturas el pueblo estaba visualizando más de cerca un posible triunfo, Nicaragua se convirtió en un hervidero del Frente Sandinista tratando de combatir a la Guardia”, finalizó.