La cancillería de Nicaragua remitió este sábado una carta que denuncia la conducta ofensiva, ignorante, desvergonzada, maleducada, caprichosa y servil de la canciller española Arancha González Laya.
En una carta dirigida a la señora González y distribuida a los medios de comunicación en Managua, el canciller nicaragüense Denis Moncada Colindres rechaza en términos inusualmente duro las feroces declaraciones de la canciller española, “que recuerdan el cinismo y la desvergüenza de tantas tropelías y crímenes atroces”, cometidos durante la invasión de España a América hace más de cinco siglos.
“La denunciamos a usted hoy, como expresión del desconocimiento tosco e irrespetuoso que produce cierta pretensión, burda y ridícula de superioridad, que usted misma se atribuye y exhibe”, agrega la carta del canciller Moncada Colindres.
Este es el texto íntegro de la misiva
MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
Managua, Nicaragua
Carta a la Canciller de España
La señora canciller del Reino de España ha hecho en estos días, ofensivas declaraciones sobre Nicaragua, y sobre el Presidente de Nicaragua, recordándonos el cinismo y la desvergüenza de tantas tropelías y crímenes atroces, cometidos por la corona española durante la brutal conquista de las sagradas tierras nuestroamericanas.
Mostrando una ignorancia atrevida, y una ferocidad impropia para la diplomacia, la señora González se dirige al Presidente de un pueblo libre y soberano, con voz de alguacil, sin percatarse en su perorata delirante de trasnochada mandamás, que llevamos siglos sin dominio español, además de nunca haber reconocido bondad alguna en esos furibundos crímenes hispánicos, crímenes de lesa humanidad.
Culturalmente nunca hemos sido, ni somos, súbditos de su Reino. Todo lo contrario, Señora González. Fuimos sometidos al dominio esclavo por la fuerza brutal de la espada y la cruz.
Nosotros hemos denunciado, y denunciamos, la barbarie y la aniquilación genocida de nuestros pueblos originarios, el codicioso saqueo de nuestros recursos naturales, el avasallamiento de nuestras lenguas y culturas, así como la salvaje implantación, o imposición, de símbolos que no nos pertenecen. Y la denunciamos a usted hoy, como expresión del desconocimiento tosco e irrespetuoso que produce cierta pretensión, burda y ridícula de superioridad, que usted misma se atribuye y exhibe.
Aquí, señora González, muy a sus pesares y nostalgias, nos ilumina un sol que no declina, y hay un pueblo de valiente historia, de memoria intensa, y de gloria y victorias.
Sepa usted, señora González, que “la soberanía de un pueblo no se discute, se defiende” como lo estamos haciendo nosotros, con identidad, dignidad y coraje, propios de nuestra sangre indígena y afrodescendiente.
Por qué no ponen ustedes en su augusto Reino, una pizca de esa democracia que a otros exigen, liberando a sus presos políticos, abriendo cauces a las luchas y demandas de independencia, y aplicando normas civilizadas a quienes tienen derecho a luchar por sus creencias, sin que eso signifique absurdas persecuciones, exilios, o injusta prisión, como la sufrida por líderes catalanes recientemente indultados, con estrictas condiciones de “no repetición”…
A ellos les han sido violentados sus Derechos Humanos durante 3 años, y esos Derechos Humanos se siguen violentando al inhabilitarlos de hecho, para ejercer funciones públicas… ¿Eso es Democracia…?
Sus insultos, ofensas e improcedentes amenazas, sólo muestran debilidad, de carácter y de argumentación, evidentes en la ausencia del lenguaje y las prácticas obligadas de la Diplomacia.
Estamos constatando que su Embajadora en Nicaragua, es apenas un pálido reflejo de una Política injerencista, intromisora, mal educada, malcriada, caprichosa, desvitalizada y servil, de sometimiento y seguidismo al yanqui invasor.
¡Qué triste, penoso y desventurado papel, señora González! ¿Pedirán perdón algún día por toda su indecente inclemencia…?
¡Luchamos contra los imperialistas de la Tierra, enemigos de la humanidad!
Managua, 26 de junio, 2021
Ministerio de Relaciones Exteriores
Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional