Un informe del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), divulgado este viernes advierte que la región tendrá un decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de -6 por ciento y un aumento en el encarecimiento de los productos de 0.6 por ciento.
“El escenario actualizado con las perspectivas recopiladas al mes de abril de 2020 contempla un agravamiento mayor en las previsiones para el crecimiento económico de los Estados Unidos y mantiene los supuestos estimados para el precio del petróleo (WTI). Bajo estas condiciones se estima para el 2020 decrecimiento del PIB en Centroamérica de -6.9% y una tasa de inflación de 0.6% para la región. Para el 2021 el decrecimiento de la economía regional sería de -1.4% y la tasa de inflación estimada sería de 1.9%”, detalla el documento.
Al incorporar a República Dominicana en el ejercicio de simulación la variación esperada en el PIB para 2020 es del -6.8% y para 2021 es de +2.0%.
Estos escenarios, en su conjunto, se amparan en las previsiones adelantadas por la OCDE (2020a) y NABE (2020) que prevén que las perspectivas económicas mundiales de corto plazo siguen siendo moderadas e inciertas y que las consecuencias adversas de la contención del COVID-19 ya han causado una importante interrupción de la actividad económica, principalmente en las economías asiáticas donde se originó el primer brote y de los países alcanzados por la propagación del virus.
Entre los efectos más considerables está un incremento en la aversión al riesgo por parte de los mercados financieros y una fuerte caída en la demanda de bienes finales y servicios de turismo.
El mayor impacto de esta pandemia frente a otras emergencias sanitarias enfrentadas en el pasado se corresponde con la mayor integración de los mercados en la economía mundial y en particular del papel de China en el comercio internacional actual.
“La formulación de políticas económicas en el actual contexto de incertidumbre sanitaria requiere de una gestión programada de acciones en el corto, mediano y largo plazo que busquen armonizar las medidas de contención, prevención y atención (respuesta) al COVID-19 con políticas de carácter fiscal, monetario y comercial que aseguren la estabilidad de precios y el correcto abastecimiento en mercados clave, como el sector de medicamentos y alimentos, de la mano con acciones de apoyo directo para mitigar el efecto inmediato de la reducción en los ingresos de los hogares y las empresas”, sugiere el Sica.
La dimensión del impacto esperado en los escenarios expuestos pone en justa dimensión el nivel de esfuerzo requerido en materia de programación económica y formulación de políticas públicas.