“Queridas madres de Nicaragua, mujeres siempre con un corazón, siempre lleno de amor infinito, mujeres llenas de un valor infinito, mujeres llenas de una fortaleza infinita, esas son las madres nicaragüenses, esas son las madres del mundo.
Recuerdo cuando era un muchacho, para el día de las madres, una florcita, una rosita roja para el que tenía a la madre en viva, y otra rosita blanca para quien no tenía a la madre en vida.Hoy en que estamos en el día de la madre, 30 de mayo, claro, el día de las madres son todos los días, la madre no tiene un solo día para los hijos y la familia, tienen todos los días para los hijos y la familia.
Pero este día, hoy 30 de mayo de este año 2018, cuánto dolor, el dolor que viene recorriendo estos días, desde el 18 de abril hasta la fecha, todavía hoy, ahí al lado de la trinidad, mataron a un muchacho porque quería venir a esta celebración, cuánto dolor habrá en esa madre, desgraciadamente estamos viviendo momentos en los que el odio está sacando las uñas, el demonio está sacando las uñas cuando teníamos un país en paz.
El odio, tratando de destruir ese país que teníamos en paz, esa Nicaragua ya admirada en el mundo, por su capacidad de reconciliación, era lo que más se admiraba en el mundo, que después de aquellos terribles conflictos, y aquí están madres de aquellos muchachos que fueron asesinados en San José de Las Mulas, y aquí están las madres de más de 50 mil muchachos y jóvenes que murieron como resultado de la guerra y la violencia, madres donde en la misma familia un hijo corrió hacia un lado y el otro hacia el otro lado y terminaron muriendo los dos. Qué dolor el de esa madre ver a sus hijos matando y luego muriendo, fue terrible esa guerra, fue terrible el duelo en este país.
Nicaragua vivió prácticamente de manera continua un duelo, desde los años 1960 hasta el año 1990, cuando finalmente logramos alcanzar los acuerdos de paz, Nicaragua, el pueblo guardaba luto todos los días y lo que costó llegar a la paz, fue un tiempo largo, no era posible decir ustedes tienen que desaparecer y nosotros no vamos a quedar, no, Nicaragua nos pertenece a todos, y aquí nos quedamos todos. Nicaragua no es propiedad de nadie, la dueña de Nicaragua somos todos los nicaragüenses, independientemente del pensamiento político, religioso e ideológico.
Dios nos dio esta tierra a todas las familias nicaragüenses, y por eso es que costó tanto llegar a la paz en aquellos años porque habían posiciones tan polarizadas, tan confrontadas, el odio llega a un gran nivel de confrontación, de apostar por desaparecer a todos aquellos que no piensan como piensa el otro.
Vamos a tiempos recientes, porque aquí están todavía, aquí en este sitio y en todos los municipios y departamentos de Nicaragua, el mejor testimonio de lo que es el dolor de una madre, que se comparte con este sentimiento que tenemos hoy, que es el dolor de las madres que han perdido a sus hijos estos últimos días, pero ese dolor inmenso no puede llevar a la destrucción, muerte y guerra entre las familias nicaragüenses.
Dios, cristo nos lo dice con toda calma, con su prédica, no pueden ni deben haber guerras, y la lucha que hoy estamos librando en Nicaragua, y la estamos librando hoy en este día, comprometidos totalmente con las madres nicaragüenses, con estas miles de madres de los caídos, que todavía están en vida y que han venido arrastrando ese dolor por muchos años.
Nuestro mayor compromiso y obligación es luchar y defender la paz que tenemos que recuperar los nicaragüenses.
Estoy seguro que si se les pregunta a los nicaragüenses si prefiere la paz o la guerra, estoy seguro que el 99.9% de los nicaragüenses quiere la paz, claro, queremos la paz con justicia, la paz con salud, educación para los pobres, para los pueblos, una paz con derecho al trabajo, queremos una paz para todas las familias nicaragüenses, seguridad para todas las familias nicaragüenses, porque todos tenemos los mismos derechos, ante Dios y ante la ley.
Como dice el canto, se hace camino al andar, y aquí el reto y el desafío que tenemos los nicaragüenses es hacer camino al andar hacia la paz, el camino tiene que llevar hacia la paz, y así como sentados en la mesa de diálogo nacional, o donde el cardenal Leopoldo Brenes ha venido ayudando con la CEN para acercar posiciones para hacer ese camino y andar hacia la paz, también en los diferentes municipios del país, con sacerdotes, evangélicos, autoridades locales, se han logrado instalar mesas de paz y se han firmado acuerdos para que vayan desapareciendo los tranques y enfrentamientos entre los mismos nicaragüenses.
Benditas comisiones de paz y bendito diálogo para la paz que se ha instalado, donde tenemos empeñados todos nuestros esfuerzos y nuestro amor al pueblo, porque este pueblo se ganó el derecho, después de tantos siglos de sufrimiento y dolor, a la paz y estabilidad, y ese derecho tenemos que recuperarlo.
Hoy les decimos que tenemos ese compromiso, y se lo decimos a las madres, porque son las primeras en desear la paz. Que vivan las madres nicaragüenses, que viva la paz”.
Deja una respuesta