Los efectos del paso de Iota por territorio nicaragüense continúan cobrando más vidas en el país.
Esta vez, una familia que vivía en el cerro El Puyú, límite entre Waslala y Mulukukú, Región Autónoma del Caribe Norte, quedó sepultada por un deslave la noche del miércoles que mató a tres de sus integrantes.
La Vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, reveló la noche del jueves que los fallecidos son Pedro José Blandón Reyes, de 22 años; Adonis Blandón Reyes, de 15 años; y Zaida Sujey Blandón Reyes, de 9 años.
Lograron sobrevivir los padres, Perfecta Reyes, de 43 años, y Arlen Blandón, de 41 años, y la única hija que quedó viva, Arelis Blandón Reyes, de 20 años.
Durante su comparecencia telefónica a través del Canal 4, la Vicepresidenta Murillo explicó en avanzadas horas de la noche del miércoles un pastor evangélico informó a las autoridades de Mulukukú que las aguas del río El Puyú habían arrastrado una vivienda ubicada a la orilla, en la cual vivía la familia Blandón Reyes, que es parte de su congregación.
Al amanecer del jueves, brigadas del Ejército de Nicaragua, de la Policía Nacional y de la alcaldía de Mulukukú se dirigieron a la zona para rescatar a la familia, en donde confirmaron la tragedia que al parecer ocurrió cuando la avalancha de lodo y piedras desde el cerro cayó sobre el río y provocó a su vez el desborde.