“Fui el primero el año pasado en enviar carta a la embajadora Dogu rechazando tajantemente la Nica Act.
Antes de la Nica Act hice un llamado el 2 septiembre para una Concertación Nacional para resolver todos los problemas que desde 1990 en paz se han acumulado en la forja de la democracia.
Cualquier medida como la Nica Act elevada a Ley es una INJERENCIA clara de Estados Unidos y más evidente esa intromisión ante la desarticulada, débil y dividida oposición.
Además, en lugar de contribuir a la estabilidad nacional pone en riesgo la capacidad de contención de Nicaragua a los temas de Seguridad Nacional que interesa a Estados Unidos, y en lugar de un triángulo del Norte se puede convertir la región en un rectángulo de inestabilidad nacional que abarca hasta Panamá.
El proceso con la OEA y el gobierno debe seguirse priorizando con o sin Nica Act, pero ningún nicaragüense debe apoyar tal intromisión”.