Managua. Por Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua
Empezamos a celebrar en grande a las madres nicaragüenses, madres heroicas, la madre nicaragüense heroica y triunfadora. celebramos en grande y estamos programando todos esos encuentros de intercambios de experiencias: cómo hacemos las mujeres madres para sacar adelante a nuestras familias, atender con amor a nuestros hijos, trasladar valores, trasladar el amor con el que crecimos y por eso somos un pueblo grande, grande, grande porque estamos llenos de amor.
Y cómo hacemos para combinar todos nuestros roles, profesionales, productoras, profesionales del comercio, profesionales de todas las disciplinas, académicas, profesionales también, como madres, en nuestros hogares y familias. Cómo combinamos y cómo salimos adelante, orgullosos y orgullosas de nuestras labores.
Y cuando digo orgullosos es porque los varones nicaragüenses, que son hijos de madre, de mujer, también deben sentirse orgullosos de esa valentía nuestra, de mujeres madres, en esta Nicaragua bendita.
También hacer el llamado, en estos días y en este mes de las madres, a cuidar la vida, preciosa vida de las mujeres nicaragüenses y de las mujeres madres. Y detener toda esa violencia que se sigue dando contra las mujeres, y recordarles a quienes son culpables o responsables de esa violencia, que son hijos de mujeres, que son hijos de mujeres que han sido madres y que, sabemos, les han enseñado a respetar a las mujeres, y esa enseñanza de sus madres no pueden olvidarla y no pueden seguir agrediéndonos y limitándonos, y acabando con nuestras preciosas vidas y dejando a nuestros hijos en orfandad.
El femicidio es una plaga mundial. Por mucho que los enemigos de la paz quieran presentar como una expresión de la vida que para ellos nunca va a ser buena, a menos que ellos estén aprovechando, robando y maltratando al pueblo nicaragüense, como que fuera solamente una expresión de la vida en Nicaragua. ¡No! Es una realidad que se combate en todo el mundo y que en esos lugares, con los que sueñan tanto o donde viven, Es plaga de violencia, plaga de mortalidad de mujeres. Lo vemos en la televisión todos los días.
¡Ah! Pero eso no existe para quienes piensan, viven y se sienten parte de ese otro mundo donde no ven la paja. La ven aquí porque aquí quieren venir a seguirnos provocando dolores, a seguirnos irrespetando, y a seguir considerándose los elegidos. Pero no son, ni serán, porque sabemos quiénes son y ya sabemos cuánto han querido, y no han podido, ¡ni podrán!