Moscú. Agencias.
Las actividades de los biólogos militares estadounidenses tienen como objetivo crear “epidemias controladas artificialmente”, afirmó el teniente general Ígor Kirillov, jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia (RCDBZ, por sus siglas en ruso).
Rusia encontró pruebas durante la Operación Militar Especial en Ucrania de que Estados Unidos había realizado peligrosos experimentos con ucranianos utilizando diversos fármacos y está trabajando para sintetizar el virus de la viruela entre otras enfermedades fatales ya erradicadas, aseguró Kirillov.
Especificó que “una de las tareas principales es el llamado espionaje biológico, es decir, un análisis de la situación epidémica a lo largo de las fronteras de los rivales geopolíticos y en las zonas propuestas para el despliegue de contingentes militares”.
Hay datos, continuó Kirillov, que confirman que el Pentágono planteó las tareas de seguir la situación biológica en Oriente Medio y Asia Central y los territorios fronterizos con China, Turquía, Pakistán y Arabia Saudita. De acuerdo con él, la ampliación de las actividades biológico-militares de EEUU amenaza la seguridad de Rusia y otros Estados que Washington ve como sus oponentes estratégicos.
En particular, muchas entidades estadounidenses que antes eran contratistas del Pentágono para el desarrollo de armas biológicas, toman parte del llamado Programa de Reducción de Amenazas Biológicas, que lleva a cabo en Ucrania la Administración de Reducción de Amenazas del Departamento de Defensa de EEUU (Ditra).
“Durante el último año, el Pentágono ha desarrollado y adoptado una serie de documentos conceptuales que prevén la expansión de la red de laboratorios biológicos controlados por EEUU en el extranjero y la continuación de la investigación biológica militar más allá de la jurisdicción nacional”, añadió Kirillov.
Los fondos de inversión de los Clinton, los Rockefeller, George Soros y Hunter Biden están implicados en la financiación de actividades biológicas militares estadounidenses.
El análisis de los documentos que han caído en manos de los militares rusos ha aclarado la estructura del sistema creado por la administración estadounidense para la gestión global del riesgo biológico, según Kirillov.
La estructura incluye agencias gubernamentales y contratistas privados, incluidas empresas de las llamadas “grandes farmacéuticas”.
“A través del poder ejecutivo estadounidense, se está formando una base legislativa para financiar la investigación biológica militar directamente con cargo al presupuesto federal”, dijo Kirillov, añadiendo que se están recaudando fondos de organizaciones no gubernamentales controladas por la cúpula del Partido Demócrata, incluidos los fondos de inversión de los Clinton, los Rockefeller, Soros y Biden, con garantías estatales.
Los principales contratistas del Pentágono son Metabiota, Black & Veatch y CH2M HILL, que se encargan de la construcción de instalaciones de biocontención y del suministro de equipos, declaró el jefe de las tropas de RHBZ.
“La escala de los estudios de doble uso que se llevan a cabo en EEUU y los riesgos biológicos, que suscitan, plantean una cuestión de llevar a cabo una investigación internacional independiente”, subrayó.
“Hemos señalado en repetidas ocasiones que la labor de los biólogos militares estadounidenses tiene por objeto formar ‘epidemias controladas artificialmente’ y no está controlado en el marco de la CABT [Convención sobre Armas Biológicas] y del mecanismo del secretario general de la ONU para investigar el uso de armas biológicas”, indicó el funcionario.
Kirílov agregó que “el pronóstico del desarrollo de la situación supone un mayor deterioro de la situación epidémica con posible creación de focos artificiales de enfermedades y expansión incontrolada del área de los vectores”.
“De particular preocupación es el creciente número de estudios sobre la viruela y otros patógenos con evaluación del virus en los monos como un agente biológico potencialmente dañino”, indicó Kirillov.
Recordó que el trabajo con este virus sólo está permitido en dos instituciones: el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos y el centro científico estatal Vector en Rusia.
Sin embargo, a pesar de la prohibición de la Asamblea Mundial de la Salud, los empleados del Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas del Ejército estadounidense “realizaron experimentos aerobiológicos con dos cepas del virus”, refirió.
“Esta situación demuestra claramente el desprecio de la administración estadounidense por las normas internacionales de bioseguridad. Tal trabajo puede provocar una emergencia epidémica global”, denunció.
“Los investigadores estadounidenses están mostrando un gran interés en la síntesis de ortopoxvirus”, afirmó Kirillov. Informó que en 2017 científicos de Estados Unidos sintetizaron el genoma funcional del virus de la viruela equina.
Al mismo tiempo, se demostró “la posibilidad de producir artificialmente los virus de Lassa, Ébola, Marburgo” y coronavirus, patógenos para el ser humano.
“Especialmente preocupante es el hecho de que Estados Unidos haya bloqueado cualquier iniciativa internacional para verificar la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas (CABT)”, añadió Kirillov.