En homenaje a la loable labor de los docentes, la Asamblea Nacional inició la continuación de la Segunda Sesión Ordinaria de la XXXVIII Legislatura con una mención especial para conmemorar el Día del Maestro y la Maestra.
Durante una sesión plenaria. la diputada Ángela Espinoza, Presidenta de la Comisión de Educación, saludó a los docentes por aportar sus esfuerzos y cariño al desarrollo de Nicaragua.
Espinoza destacó que uno de los principales logros del magisterio nacional es haber logrado estabilidad laboral e incremento salarial periódicamente, se ha disminuido considerablemente el nivel de empirismo y se ha elevado la capacidad profesional de los maestros con licenciaturas, postgrados, diplomados en ciencias de la educación y otras disciplinas.
Agregó que otros logros alcanzados por los maestros; es que trabajan en ambientes escolares mejorados o nuevos, se ha dignificado los espacios de enseñanza y aprendizaje.
“Docentes y estudiantes son protagonistas permanente de formación por medio de talleres, cursos y diplomados que proveen de contenido diversos y herramientas pedagógicas para ejercer la docencia con una misión de globalidad y con un instrumental tecnológico que les hace crecer como persona y profesionales”, sostuvo.
La parlamentaria dijo que ahora los docentes pueden acceder a programas socio económicos; como viviendas dignas, convenios colectivos, seguridad social y otros. También se les dota de manera regular de maletines escolares para mejorar la calidad de la educación y cada año son protagonistas de un bono escolar que les dignifica y moraliza en el ejercicio de su labor apostólica. Este bono significa de manera global más de 48 millones de córdobas para 60 mil docentes.
El Día del Maestro nicaragüense se celebra en memoria de la gesta patriótica del Maestro y Héroe Nacional Enmanuel Mongalo y Rubio un 29 de junio de 1855.
En la primera batalla de Rivas contra los filibusteros de William Walker, el Maestro Mongalo y Rubio se ofreció como voluntario y corrió con una antorcha encendida hacia la casa de Máximo Espinoza, donde estaban resguardados los filibusteros, causando un incendio que provocó la derrota del enemigo.